Enigma (Los Van Vladoisqui)

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que buscaban, aquello bastó para creer que era suficiente. Me di por
vencida y conduje mi cuerpo hasta la puerta, bajé los primeros
escalones y me encontré con el rostro de mi tío ascendiendo las
escaleras. ¡Rayos!
¿Qué hacías arriba? - con gesto curioso.
Nada. Solo quise echar un vistazo - improvisé.
Ah...bien, eh... ¿Qué quieres de cena?
No tengo hambre -
¿Cómo que no tienes hambre? Debes comer algo o enfermaras -
insistió.
Era consciente de que no se le puede contradecir, de manera que
tendría que sentarme en la mesa a comer.
- Está bien -
Se me ocurrió que tal vez él alimentara mis inquisiciones, debería
tener respuestas acerca del dueño anterior de esa propiedad. Pensé
que quizás aquella figura maligna tuviera que ver con la persona que
ocupaba el lugar y así mismo, existiera alguna correlación con el
espíritu de aura pura.
- Vamos, entonces ¬-
Viró su cuerpo para empezar a desentender las escaleras.
- ¿Puedo preguntarte algo? - interrumpí su marcha.
Posicionó su cuerpo igualmente frontal al mío.
- Adelante. Pregunta - permitió.
Por medio de las fisuras de su rostro se formó una expresión de
interés, debo suponer que le parecía extraño que hiciera a un lado la
timidez y que quisiera hablar con él, ya que solo le cruzaba con el
saludo diario.
- ¿De quién era antes esta casa? - con tono remiso.
- Era de un amigo -
- ¿Y antes de él? - inquirí.
- De su familia... - frunció sus cejas en son de confusión - ¿Por qué
me preguntas sobre eso? -
-... Por nada -
- Ya sé lo que pasa - irritó un tanto su expresión -. Sarah y Michael te
han estado metiendo cuentos de miedo en la cabeza -