Enigma (Los Van Vladoisqui)

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- Entonces... o estoy loca, o me asustaron -
- Creo que todo esto de la depresión porque te botó Kevin te está
volviendo loca - la acusó Cary con un tono malhumorado.
- ¡Uy...! eso dolió - bullaron los demás.
- ¿Cuál es tu maldito problema, Cary? - Frunciendo el ceño.
Sabía que ella decía la verdad. Me acribillaba que la llamaran loca, de
la misma forma me llamaron cuando le conté a mi familia de los
fantasmas que veía, cuando me escuchaban gritar a la mitad de la
noche, cuando golpeaba la puerta de su habitación porque estaba
atemorizada, cuando huía del porque veía a un espíritu vestido de
conserje pasearse por la escuela. Cada uno de esos momentos en
donde dudaron de mi cordura, fueron solicitados por mi memoria.
Me llevaron con un psicólogo, él tampoco creyó ni una sola de mis
palabras, así que sugirió a mis padres que necesitaba un tratamiento
más riguroso, más concretamente, ser atendida por un psiquiatra.
Todos los días después de la escuela tenía que verle, y no fue hasta
que negara las visiones que dejaron de someterme a las medicinas y a
las citas. Podía ayudarla, pero temía que me llamaran igual. Es muy
frustrante estar encerrada entre cuatro paredes de secretos. Al final
me tentó lo que creí correcto.
- Tiene razón, había una mujer golpeada y sangrando allí atrás. Yo la
vi - confesé.
- Se los dije, ustedes no me creyeron - les reprochó.
Deambuló unos segundos de mudez en el auto y no se quebró ese
silencio hasta que Bryson tomó la iniciativa.
- OH... ¡carajo!, ¿entonces vieron un fantasma?-
- ¡Ah! Yo no me di cuenta cuando la pasamos. Lo siento, Emma - se
disculpó Cary con un tono sutil.
- ¿Y si regresamos? Tal vez captemos algo con la cámara del celular -
propuso Bryson.
- No, por favor - supliqué sin darme que cuenta que le había añadido
a mi tono la angustia y el miedo.
- Caro tiene razón. Todo esto me está dando mucho miedo -
convino Sami.
Me abrazó una brisa de alivio cuando entendí que en esta ocasión me
presentaron a la credulidad, y se sentía sosegadora.