Enigma (Los Van Vladoisqui)

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- No, en realidad solo tenía curiosidad, por... la buhardilla, las casas
envejecidas suele tener una, así que imaginé que era algo vieja -
expliqué con precipitación.
- Ah, bueno. De cualquier forma, si ellos comienzan con sus cuentos
raros, no les prestes atención -
Fue inútil, él era demasiado escéptico como para dar razón de algún
acontecimiento ocurrido que pudiera dejar el rastro de esas dos
presencias.
Luego de la culminación de la cena Dux colocó un DVD de película
y todos se reunieron en la sala para verla, incluso Bruce, que había
asumido una actitud divergente, de la nada hacía bromas e incitaba
risas.
Intenté concentrar mi concentración en el contenido transmitido por
la película, pero lo cierto era que no podía asentar mis intereses hacia
ninguna otra dirección, así que busqué excusas para levantarme del
sofá y desplazarme hasta la cocina, el estudio o el segundo nivel,
pero nada, prevalecía la ausencia total de cualquier presencia. Llegada
las tres de la madrugada, suspendí el desvelo, no era conveniente
estar despierta a esa hora, aun si Dux permanecía despierto en la sala,
pues siendo aquella hora la opuesta a la hora de muerte de Cristo,
convirtiéndola en propicia para que asusten, como burla a lo
santificado.
Once años... me resulta tanto tiempo, hundida en sombras de miedo,
¿Cómo vencer el temor al miedo? ¿Si es eso posible? Quizá no, tal
vez la presencia yerra y yo no tengo remedio. Me preocupa la
culminación, pues cada vez incrementa, como si yo me hiciera débil y
lo paranormal estoico. Inició conmigo así mismo como la apertura
en Mike, los entes son intangibles, solo se pueden ver, pero cuando
los años avanzaron se hicieron tangibles, quizá ocurra lo mismo con
Michael, y no estaré cerca de él para tenderle una mano. Pero bueno,
llegado a este nivel, existe un punto de referencia de cual partir, los
manuscritos.
Muy temprano, cuando el sol apenas calentaba la espalda de las
montañas; Bruce golpeteó sutilmente en la puerta, intentaba ir al son
la tranquila madrugada. Irrumpí mi sueño frágil y abrí los ojos, pero
Sarah estaba acostumbrada a atender inmediata las premuras de su