Enigma (Los Van Vladoisqui)

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convivencia. No quería que se repitiera lo mismo, así que no me
quedo de otra.
- … De acuerdo, acepto tu invitación, pero no será a una fiesta, otra
cosa -
- ¿Lo dices en serio? ¡Por fin!. Yo sabía que al final no te resistirías -
- Solo será una salida y ya - aclaré.
- Pero, Caro. No puedes salir con este tipo - me advirtió Jimmy.
No contesté nada a Jimmy y me di vuelta lejos de ellos antes de que
iniciaran otra discusión. Me sitúe en otra sección de libros y me paré
allí a reflexionar acerca de lo que hice; Mark era un pesado y no
soportaría estar con él un solo día.
En la atmósfera volaba un aire pacifico, liviano y puro, que remplazó
el existente, me abrumó la cabeza de recuerdos. Fue muy acogedor,
me dejé llevar por la tranquilidad influyente. Todo se echó a perder
cuando reapareció Mark a mi espalda, se recostó sobre uno de los
estantes con los brazos cruzados y con una amplia sonrisa.
- Dime… ¿Qué hizo que quisieras salir conmigo? Fue mi irresistible
atractivo, o quizás mi encanto -
- No te confundas. Ya te lo dije, solo es una salida -
- Por favor, no soy tonto, sé que te gusto - comenzó a restar la
proximidad.
- Mark, no empieces - con tono suave como no quería que hubiera
sido.
- Sé que quieres besarme -
Me tomó y apretó mi brazo jalándome hacia él, intenté liberarme,
pero indiscutiblemente su fuerza era mayor que la mía. Di unos
cuantos pasos atrás y él los imitó sin liberarme. Me exigía
responderle. Alcancé a temer que se saliera con la suya. Entonces
Tom apareció en un instante y deslizó su mano por encima de mi
hombro, sentí su aliento en mi oído, esa ligera brisa que sale de su
respiración. De un imponente empujón intentó apartar a Mark de mí,
pero por supuesto fue inerte. Luego cerró su puño y lo estrelló
contra un estante que se sacudió tumbando unos cuantos libros. Se
plasmó en la cara de Mark una estupefacta y confusa expresión, de
inmediato me liberó de su apretón y se apartó del estante con visible
miedo en sus ojos.