Enigma (Los Van Vladoisqui)

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eran relatos tontos que involucraban que les habían encendido la luz
o el televisor, que presenciaron alguna sombra fugaz, algunos incluso
mintieron, lo supe porque conozco a todos las clases de entes, y sé
qué hace cada uno y el destino que les permite alcanzar su poder.
Mientras visitábamos cada uno de los establecimientos apareció ante
mis ojos una tienda que resaltó sobre las demás; vendía artículos en
los que destacaban los atrapa pesadillas, llevaba un gran título en la
parte superior: "el significado de los sueños". No tuve que pensarlo.
Tomé mi dinero para juntar la suma de diez dólares que indicaba el
precio por la sesión, me apresuré para acercarme, y Derek fue tras de
mí otra vez.
"Rayos"
- Oye, ¿a dónde vas? Te perderás del grupo entre tantas personas -
me advirtió.
- No voy a tardarme, solo iré allí - le señalé el lugar.
- Bueno, pero... solo si me dejas acompañarte -
Me impuso la condición, ¿qué más opción tenía? parecía un chicle.
El hombre encargado de verdad causaba escalofrío; lucía una cicatriz
que recorría su rostro desde su oreja hasta su labio superior, y otra
que se extendía desde su frente hasta esconderse en su cuero
cabelludo. Su cabello era negro, largo y alborotado, sus ojos negros
poseían recónditas ojeras, su vestuario era de color negro y su piel al
descubierto estaba tatuada con figuras diabólicas. Noté en el rostro
semicircular y en los ojos avellana de Derek el pavor aún más fuerte
que el mío que le provocó aquel hombre, con su mano hizo un leve
jalón a mi camisa seguido de un gesto para que nos marcháramos.
Me causó gracia su acto de cobardía. Lo ignoré y me dirigí al
hombre.
- Disculpe señor, quiero una sesión - le extendí mi mano con el
dinero.
- Pase - recibiendo el dinero y levantándose de su asiento.
- Caro, ¿estás segura de entrar ahí? Mira a ese tipo. Mejor vamos a
otro lado, no debe ser el único lugar por aquí en donde se interprete
el significado de los sueños - me indicó.
- Descuida, será solo unos minutos - acallé.