Enigma (Los Van Vladoisqui)

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Entidades
Me ponen nerviosa las miradas sobre mí, siento que con sus ojos me
avisan que saben algo, que descubrieron mi secreto. No quería que
me llamaran loca, no quería me llamaran mentirosa y que tampoco
las personas se alejaran de mí, pero todo se trataba de que ya habían
llegado los rumores de mi abuelita difunta a los que me conocían, fue
solo eso.
Una vez escuché un ejemplo sobre la parca, es como un arma
apuntando con unos desequilibrados dedos y plenos de cólera sobre
el gatillo, a la muerte le atañe que ese hombre jale del gatillo y
máquina para ese fin, él, se roba el alma y condena a su títere.
En clase de historia, una clase dictada por el profesor Lewis, quien
organizaba una prevista excursión a una visita un museo de historia
fuera de la ciudad. Fue entonces cuando Emma entró tarde a clase,
su mirada estaba en el suelo, su cabello cubría parte de su rostro, y
pidió perdón a Mr. Lewis con voz intimidada. Todos imaginaron que
Emma de nuevo había entrado en depresión por culpa de Kevin, que
otra vez la había buscado para romper su recuperación. Kevin
pasaba por encima de ella, como si le gustara utilizarla para divertirse
y nada más. En ese momento nadie pudo consolarla, ya que la clase
del profesor Lewis es de dominante silencio como en un fantasmal
cementerio.
Las lenguas las perseguían a donde fuera, si para mí era estresante
que pusieran sus ojos sobre mí, para Emma debió ser peor que
murmuraran por donde pasara. En la hora del almuerzo se apartó de
nosotros, se sentó sola en una mesa con sus ojos fatigados de tanto
llorar. Por supuesto el tema de conversación en la mesa era sobre
ella.
- ¿Alguien sabe qué rayos le pasa? Hoy le pregunté que por qué
lloraba, pero me gritó y me dijo que la dejara en paz - contó Frank.
- ¿Qué más va ser? Pues Kevin, ese sujeto se está buscando que
interfiramos entre ellos, y si me provoca terminaré partiéndole la cara
- advirtió Jimmy.
- Jimmy, esa no es la forma - objetó Cary.