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750 Capítulo 38 La física moderna y el átomo<br />

Láser y luz láser<br />

El láser es una de las aplicaciones más útiles que se apoyan en la física cuántica y en el estudio del<br />

átomo. La luz intensa, enfocada con mucha precisión y de naturaleza coherente, que emiten estos<br />

dispositivos es el punto de partida de muchos avances científicos. En medicina, los oftalmólogos<br />

debidamente capacitados pueden corregir la retina del ojo por medio de puntos de soldadura aplicados<br />

con un instrumento láser. La combinación de la luz láser con la óptica de fibras (véase la sección<br />

35.6) está engendrando una revolución en el ámbito de la electrónica y las comunicaciones.<br />

Se han desarrollado poderosos láser incluso para hacer pequeñas perforaciones en los diamantes.<br />

El principio que sustenta el funcionamiento de los rayos láser es relativamente fácil de<br />

comprender. Se trata de una simple aplicación de la teoría cuántica que ya fue expuesta en<br />

este capítulo para los niveles de energía atómicos. Básicamente, hay tres formas en las que<br />

los fotones pueden interactuar con la materia: (1) absorción, (2) emisión espontánea y (3)<br />

emisión estimulada. Cada una de estas formas se describe en la figura 38.11.<br />

La absorción y la emisión se explicaron en la sección anterior, donde se indicó que la<br />

absorción de un fotón puede excitar a un átomo, elevando un electrón a un nivel energético<br />

superior, como se muestra en la figura 38.11a. Dicho electrón se encuentra en un estado excitado,<br />

pero posteriormente caerá a su nivel original y causará lo que se llama emisión espontánea<br />

(véase la figura 38.1 Ib). En cada uno de los casos, el fotón absorbido o emitido tiene una<br />

energía que se calcula con la expresión<br />

Ez - E l = hf<br />

A la emisión espontánea se debe la luz que vemos en las lámparas y muchas otras fuentes tradicionales<br />

de luz. Aun cuando la luz tiene una energía definida h f para un determinado fotón,<br />

la luz total emitida consta de muchos fotones con energías variables. La emisión espontánea<br />

produce luz que no es direccional y, por tanto, no puede enfocarse nítidamente.<br />

La emisión estimulada brinda la clave del funcionamiento y la eficacia de los rayos láser. En<br />

realidad, la palabra láser es una abreviatura de light amplification by stimulated emission ofradiation<br />

(amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación). Suponga que un átomo se<br />

encuentra inicialmente en un estado excitado Er como se ve en la figura 38.1 le, y que un segundo<br />

fotón, de energía hf = E0 —E incide sobre el átomo. Puesto que la energía del fotón que incide es<br />

la misma que la energía de excitación del electrón, hay una probabilidad mayor de que el electrón<br />

caiga a su nivel más bajo de energía y que emita un segundo fotón de la misma energía. Esa emisión<br />

estimulada, cuando va acompañada de la existencia de un fotón incidente, tiene el efecto de producir<br />

dos fotones a partir de un solo fotón incidente. Todos los fotones tienen la misma energía, dirección<br />

y polarización. Estos fotones pueden, a su vez, estimular a otros átomos para que emitan fotones<br />

similares. Por consiguiente, ocurre una reacción en cadena en la que un gran número de fotones de<br />

luz son emitidos, lo cual da lugar a la luz intensa y coherente característica de los rayos láser.<br />

Existen otros factores importantes para el funcionamiento eficiente de un láser. Por ejemplo,<br />

para que ocurra la emisión estimulada, los átomos de la sustancia que se utilice deben<br />

encontrarse en un estado excitado. A temperatura ambiente, la mayoría de los átomos tienen<br />

electrones en el nivel base y sólo unos cuantos en el nivel superior. Esta población normal se<br />

muestra en la figura 38.12a. Proporcionando energía externa en forma de calor, de luz intensa<br />

o de descargas eléctricas es posible invertir la población de electrones. En la figura 38.12b,<br />

debido a una inversión de la población hay más electrones en el nivel energético superior que<br />

en el inferior. Por tanto, las condiciones son propicias para estimular una avalancha de fotones,<br />

todos de la misma frecuencia, que es posible dirigir con mucha facilidad.<br />

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