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La fortuna de los Rougon - Emile Zola

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes. ÉMILE ZOLA

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes.
ÉMILE ZOLA

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Se había cortado su parte <strong>de</strong>l pastel, como habría dicho Felicité. Había<br />

visto, por el tragaluz <strong>de</strong> su sótano, a <strong>los</strong> insurrectos que iban a <strong>de</strong>tener al<br />

jefe <strong>de</strong> correos, cuya oficina estaba contigua a su librería. Y así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

mañana, a la misma hora en que <strong>Rougon</strong> se sentaba en el sillón <strong>de</strong>l<br />

alcal<strong>de</strong>, había ido a instalarse tranquilamente en el <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> correos.<br />

Conocía a <strong>los</strong> empleados; <strong>los</strong> había recibido a su llegada, diciéndoles que<br />

reemplazaría a su jefe hasta su regreso, y que no se preocupasen por<br />

nada. Después había rebuscado en el correo <strong>de</strong> la mañana con una<br />

curiosidad mal disimulada; olfateaba las cartas; parecía buscar una en<br />

particular. Sin duda su nueva situación respondía a uno <strong>de</strong> sus planes<br />

secretos, pues llegó, en su contento, a dar a uno <strong>de</strong> sus empleados un<br />

ejemplar <strong>de</strong> las Oeuvres badines <strong>de</strong> Piron. Vuillet tenía un fondo<br />

surtidísimo <strong>de</strong> libros obscenos, que escondía en un gran cajón, bajo una<br />

capa <strong>de</strong> rosarios y <strong>de</strong> estampas; era él quien había inundado la ciudad <strong>de</strong><br />

fotografías y grabados in<strong>de</strong>centes sin que eso perjudicase para nada sus<br />

ventas a <strong>los</strong> feligreses. Sin embargo, <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> espantarlo, en el curso <strong>de</strong> la<br />

mañana, la forma grosera en que se había apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>l edificio <strong>de</strong><br />

correos. Pensó que su usurpación <strong>de</strong>bía ser ratificada. Y por eso acudió a<br />

casa <strong>de</strong> <strong>Rougon</strong>, que se convertía <strong>de</strong>cididamente en un po<strong>de</strong>roso<br />

personaje.<br />

—¿Dón<strong>de</strong> se ha metido usted? —le preguntó Felicité con aire <strong>de</strong>sconfiado.<br />

Entonces contó su historia, adornándola. Según él, había salvado correos<br />

<strong>de</strong>l pillaje.<br />

—¡Bueno, pues está claro, qué<strong>de</strong>se! —dijo Pierre, tras haber reflexionado<br />

un momento—. Sea útil.<br />

Esta última frase indicaba el gran terror <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Rougon</strong>; tenían miedo <strong>de</strong><br />

que alguien se convirtiera en <strong>de</strong>masiado útil, <strong>de</strong> que salvara la ciudad más<br />

que el<strong>los</strong>. Pero Pierre no había encontrado ningún peligro grave en <strong>de</strong>jar a<br />

Vuillet como jefe interino <strong>de</strong> correos; incluso era una manera <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sembarazarse <strong>de</strong> él. Felicité hizo un vehemente gesto <strong>de</strong> contrariedad.<br />

Terminado el conciliábulo, <strong>los</strong> señores volvieron a mezclarse con <strong>los</strong><br />

grupos que llenaban el salón. Tuvieron que satisfacer por fin la curiosidad<br />

general. Tuvieron que <strong>de</strong>tallar punto por punto <strong>los</strong> acontecimientos <strong>de</strong> la<br />

mañana. <strong>Rougon</strong> estuvo magnífico. Amplificó aún más, engalanó y<br />

dramatizó el relato que había contado a su mujer. <strong>La</strong> distribución <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

fusiles y <strong>de</strong> <strong>los</strong> cartuchos hizo ja<strong>de</strong>ar a todo el mundo. Pero fueron la<br />

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