04.01.2019 Views

La fortuna de los Rougon - Emile Zola

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes. ÉMILE ZOLA

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes.
ÉMILE ZOLA

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Rougon</strong> hizo un gesto <strong>de</strong> mal humor. Aquel espectáculo <strong>de</strong>sconsolador le<br />

resultó muy <strong>de</strong>sagradable; tenía gente a cenar esa noche, habría sido<br />

terrible estar triste. Su madre no sabía qué inventar para ponerlo en<br />

aprietos. Podía muy bien escoger otro día. Conque adoptó un aire<br />

totalmente tranquilo, al <strong>de</strong>cir:<br />

—¡Bah! No será nada. <strong>La</strong> he visto cien veces así. Hay que <strong>de</strong>jarla reposar,<br />

es el único remedio.<br />

Pascal negó con la cabeza.<br />

—No, esta crisis no se parece a las otras —murmuró—. <strong>La</strong> he estudiado a<br />

menudo, y jamás he observado tales síntomas. Fíjese en sus ojos: tienen<br />

una flui<strong>de</strong>z especial, una claridad pálida muy inquietante. ¡Y la fisonomía!<br />

¡Qué espantosa torsión <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> múscu<strong>los</strong>! —Después, inclinándose<br />

más, estudiando <strong>los</strong> rasgos más <strong>de</strong> cerca, continuó en voz baja, como<br />

hablando consigo mismo—: Sólo he visto un rostro semejante en las<br />

personas asesinadas, muertas <strong>de</strong> espanto… Debe haber sufrido alguna<br />

emoción terrible.<br />

—Pero ¿cómo le vino la crisis? —preguntó <strong>Rougon</strong> impaciente, sin saber<br />

ya <strong>de</strong> qué manera abandonar la habitación.<br />

Pascal no sabía. Macquart, sirviéndose una nueva copa, contó que le<br />

apeteció tomar un poco <strong>de</strong> coñac y la había mandado a buscar una<br />

botella. Había estado muy poco tiempo fuera. Después, al regreso, había<br />

caído tiesa al suelo, sin <strong>de</strong>cir una palabra. Macquart había tenido que<br />

llevarla a la cama.<br />

—Lo que me extraña —dijo a modo <strong>de</strong> conclusión— es que no haya roto la<br />

botella.<br />

El joven médico reflexionaba. Prosiguió al cabo <strong>de</strong> un silencio:<br />

—Oí dos disparos al venir hacia acá. Quizá esos miserables han vuelto a<br />

fusilar a algunos prisioneros. Si ha cruzado las filas <strong>de</strong> <strong>los</strong> soldados en ese<br />

momento, la vista <strong>de</strong> la sangre ha podido provocar la crisis… Tiene que<br />

haber sufrido horriblemente.<br />

Felizmente tenía la cajita <strong>de</strong> primeros auxilios que llevaba consigo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

la partida <strong>de</strong> <strong>los</strong> insurrectos. Trató <strong>de</strong> introducir entre <strong>los</strong> dientes apretados<br />

283

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!