04.01.2019 Views

La fortuna de los Rougon - Emile Zola

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes. ÉMILE ZOLA

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes.
ÉMILE ZOLA

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Aquel<strong>los</strong> señores estaban muertos <strong>de</strong> frío y <strong>de</strong> cansancio. Al no ver ningún<br />

peligro inmediato, <strong>de</strong>cidieron tomarse unas horas <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso. Dejaron <strong>de</strong><br />

centinela a un guardia nacional, con la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> correr a avisar a Roudier,<br />

si advertía a lo lejos alguna banda. Granoux y <strong>Rougon</strong>, quebrantados por<br />

las emociones <strong>de</strong> la noche, llegaron a sus casas, que eran vecinas,<br />

sosteniéndose mutuamente.<br />

Félicité acostó a su marido con toda clase <strong>de</strong> precauciones. Le llamaba<br />

«pobrecito mío», le repetía que no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>jarse impresionar así, que todo<br />

acabaría bien. Pero él negaba con la cabeza; sentía serios temores. Ella lo<br />

<strong>de</strong>jó dormir hasta las once. Después, cuando hubo comido, lo puso con<br />

buenos modos en la puerta, dándole a enten<strong>de</strong>r que había que llegar<br />

hasta el final. En la alcaldía, <strong>Rougon</strong> sólo encontró a cuatro miembros <strong>de</strong><br />

la comisión; <strong>los</strong> otros se disculparon; estaban realmente enfermos. El<br />

pánico, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mañana, soplaba sobre la ciudad con más áspera<br />

violencia. Esos señores no habían podido guardarse para sí el relato <strong>de</strong> la<br />

noche memorable pasada en la terraza <strong>de</strong> la mansión <strong>de</strong> Valqueyras. Sus<br />

criadas se habían apresurado a difundir la noticia, adornándola con<br />

<strong>de</strong>talles dramáticos. A esas horas, era cosa incorporada a la historia que<br />

habían visto en el campo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las alturas <strong>de</strong> Plassans, danzas <strong>de</strong><br />

caníbales <strong>de</strong>vorando a sus prisioneros, corros <strong>de</strong> brujas girando en torno a<br />

sus marmitas don<strong>de</strong> hervían niños, interminables <strong>de</strong>sfiles <strong>de</strong> bandidos<br />

cuyas armas brillaban al claro <strong>de</strong> luna. Y se hablaba <strong>de</strong> las campanas que<br />

tocaban por sí solas a rebato en el aire <strong>de</strong>solado, y se afirmaba que <strong>los</strong><br />

insurrectos habían prendido fuego a <strong>los</strong> bosques <strong>de</strong> las cercanías, y que<br />

toda la región estaba en llamas.<br />

Era martes, día <strong>de</strong> mercado en Plassans, Roudier se había creído en el<br />

<strong>de</strong>ber <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar que se abrieran las puertas <strong>de</strong> par en par para permitir la<br />

entrada a las escasas campesinas que traían verduras, mantequilla y<br />

huevos. En cuanto estuvo reunida, la comisión municipal, que sólo se<br />

componía <strong>de</strong> cinco miembros, contando al presi<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong>claró que se<br />

trataba <strong>de</strong> una impru<strong>de</strong>ncia imperdonable. Aun cuando el centinela<br />

apostado en la mansión <strong>de</strong> Valqueyras no hubiera visto nada, era preciso<br />

que la ciudad siguiera cerrada. Entonces <strong>Rougon</strong> <strong>de</strong>cidió que el pregonero<br />

público, acompañado por un tambor, iría por las calles proclamando el<br />

estado <strong>de</strong> sitio en la ciudad y anunciando a <strong>los</strong> habitantes que quien<br />

saliese no podría volver a entrar. <strong>La</strong>s puertas fueron cerradas oficialmente,<br />

en pleno mediodía. Esta medida, tomada para tranquilizar a la población,<br />

239

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!