04.01.2019 Views

La fortuna de los Rougon - Emile Zola

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes. ÉMILE ZOLA

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes.
ÉMILE ZOLA

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Pierre, ante este <strong>de</strong>rrumbamiento <strong>de</strong> todas sus esperanzas, pensó en<br />

algunos apoyos con <strong>los</strong> cuales, llegado el caso, podría contar aún.<br />

—¿Aristi<strong>de</strong> no iba a venir esta noche para hacer las paces? —preguntó.<br />

—Sí —respondió Félicité—. Me había prometido un buen artículo.<br />

El In<strong>de</strong>pendiente no ha aparecido…<br />

Pero su marido la interrumpió diciendo:<br />

—¡Eh! ¿No es él ese que sale <strong>de</strong> la subprefectura?<br />

<strong>La</strong> anciana sólo echó una mirada.<br />

—¡Se ha vuelto a poner el cabestrillo! —gritó.<br />

Aristi<strong>de</strong>, en efecto, ocultaba <strong>de</strong> nuevo la mano en su pañuelo. El Imperio<br />

se <strong>de</strong>terioraba, sin que la República triunfase, y él había juzgado pru<strong>de</strong>nte<br />

volver a su papel <strong>de</strong> mutilado. Cruzó taimadamente la plaza, sin levantar la<br />

cabeza; <strong>de</strong>spués, como sin duda oyó en <strong>los</strong> grupos palabras peligrosas y<br />

comprometedoras, se apresuró a <strong>de</strong>saparecer por un recodo <strong>de</strong> la calle <strong>de</strong><br />

la Banne.<br />

—Bueno, no subirá —dijo amargamente Félicité—. Estamos por <strong>los</strong><br />

sue<strong>los</strong>… ¡Hasta nuestros hijos nos abandonan!<br />

Cerró violentamente la ventana, para no ver más; para no oír más. Y tras<br />

encen<strong>de</strong>r la lámpara, cenaron, <strong>de</strong>salentados, sin hambre, <strong>de</strong>jándose <strong>los</strong><br />

bocados en el plato. Sólo tenían unas cuantas horas para tomar partido.<br />

Era imprescindible que al <strong>de</strong>spertar tuviesen Plassans a sus plantas y le<br />

hicieran pedir perdón, si no querían renunciar a la <strong>fortuna</strong> soñada. <strong>La</strong> falta<br />

absoluta <strong>de</strong> noticias ciertas era la única causa <strong>de</strong> su ansiosa in<strong>de</strong>cisión.<br />

Félicité, con su claridad <strong>de</strong> espíritu, lo comprendió pronto. Si hubieran<br />

podido conocer el resultado <strong>de</strong>l golpe <strong>de</strong> Estado, habrían manifestado<br />

audacia y continuado <strong>de</strong> todas formas con su papel <strong>de</strong> salvadores, o bien<br />

se habrían apresurado a que se olvidara lo más posible su <strong>de</strong>sdichada<br />

campaña. Pero no sabían nada concreto, perdían la cabeza, tenían<br />

sudores fríos, al jugarse así su <strong>fortuna</strong> a una tirada <strong>de</strong> dados, en plena<br />

ignorancia <strong>de</strong> <strong>los</strong> acontecimientos.<br />

—¡Y ese diablo <strong>de</strong> Eugène que no me escribe! —exclamó <strong>Rougon</strong> en un<br />

impulso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación, sin pensar en que revelaba a su mujer el<br />

244

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!