04.01.2019 Views

La fortuna de los Rougon - Emile Zola

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes. ÉMILE ZOLA

Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio. Y el primer episodio, La fortuna de los Rougon, debe llamarse con su título científico: Los orígenes.
ÉMILE ZOLA

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

girar en torno a su marido, a aguijonearlo para que se moviera. Los<br />

primeros rumores <strong>de</strong> revolución habían asustado a Pierre. Cuando su<br />

mujer le hubo hecho enten<strong>de</strong>r que tenían poco que per<strong>de</strong>r y mucho que<br />

ganar con <strong>los</strong> cambios, se adhirió en seguida a su opinión.<br />

—No sé lo que pue<strong>de</strong>s hacer —repetía Felicité—, pero me parece que hay<br />

algo que hacer. ¿No nos <strong>de</strong>cía el señor <strong>de</strong> Carnavant, el otro día, que<br />

sería rico si alguna vez volvía Enrique V y que este rey recompensaría<br />

espléndidamente a quienes hubieran trabajado por su regreso? Quizá<br />

nuestra <strong>fortuna</strong> esté en eso. Ya es hora <strong>de</strong> tener buena suerte.<br />

El marqués <strong>de</strong> Carnavant, aquel noble que, según la crónica escanda<strong>los</strong>a<br />

<strong>de</strong> la ciudad, había conocido íntimamente a la madre <strong>de</strong> Felicité, iba <strong>de</strong><br />

vez en cuando, en efecto, a visitar a <strong>los</strong> esposos. <strong>La</strong>s malas lenguas<br />

pretendían que la señora <strong>Rougon</strong> se le parecía. Era un hombre bajito,<br />

activo, <strong>de</strong> setenta y cinco años <strong>de</strong> edad, cuyos rasgos y modales ella<br />

parecía haber adquirido, al envejecer. Se contaba que las mujeres le<br />

habían <strong>de</strong>vorado <strong>los</strong> restos <strong>de</strong> una <strong>fortuna</strong> ya muy mermada por su padre<br />

en la época <strong>de</strong> la emigración. Por lo <strong>de</strong>más, él confesaba su pobreza <strong>de</strong><br />

buen grado. Recogido por uno <strong>de</strong> sus parientes, el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Valqueyras,<br />

vivía como un parásito comiendo a la mesa <strong>de</strong>l con<strong>de</strong> y viviendo en un<br />

estrecho aposento situado bajo <strong>los</strong> tejados <strong>de</strong> su mansión.<br />

—Pequeña —<strong>de</strong>cía a menudo palmeando las mejillas <strong>de</strong> Felicité—, si<br />

alguna vez Enrique V me <strong>de</strong>vuelve mi <strong>fortuna</strong>, te nombraré mi here<strong>de</strong>ra.<br />

Felicité tenía cincuenta años y él la llamaba aún «pequeña». <strong>La</strong> señora<br />

<strong>Rougon</strong> pensaba en esos golpecitos familiares y en esas continuas<br />

promesas <strong>de</strong> herencia cuando empujaba a su marido a la política. A<br />

menudo el señor <strong>de</strong> Carnavant se había quejado amargamente <strong>de</strong> no<br />

po<strong>de</strong>r acudir en su ayuda. No cabía duda <strong>de</strong> que se conduciría como un<br />

padre con ella, el día en que fuera po<strong>de</strong>roso. Pierre, a quien su mujer<br />

explicó la situación con medias palabras, se <strong>de</strong>claró dispuesto a marchar<br />

en el sentido que le indicaran.<br />

<strong>La</strong> especial posición <strong>de</strong>l marqués lo convirtió, en Plassans, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

primeros días <strong>de</strong> la República, en un activo agente <strong>de</strong>l movimiento<br />

reaccionario. Aquel hombrecito inquieto, que sólo saldría ganando con el<br />

regreso <strong>de</strong> sus soberanos legítimos, se ocupó con fervor <strong>de</strong>l triunfo <strong>de</strong> su<br />

causa. Mientras que la nobleza rica <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> San Marcos se dormía en<br />

su muda <strong>de</strong>sesperación, temerosa quizá <strong>de</strong> comprometerse y <strong>de</strong> verse <strong>de</strong><br />

71

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!