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humanidad, es resultado de las imágenes que aparecen,
por asi decirlo, junto a las representaciones mentales de
los héroes de la narración: «La Riada no es sino phantasia
y uso de las phantasiai: nada más que "representación" y
“uso de las representaciones”». Aquí se produce un deslizamiento
del phainomenon a la phantasia, que parecen así
casi como sinónimos. De modo que esas imágenes mentales,
al mismo tiempo phainomena y phantasiai, se formulan
como discurso interior, como juicios que provocan
nuestros deseos y que impulsan nuestras acciones. Y al
igual que esos juicios, enunciados por las representaciones,
vienen acompañados casi de inmediato por juicios de
valor (terroríficos, luctuosos, sugestivos). En este sentido
to phainomenon significa al mismo tiempo «aquello que se
nos aparece» y «aquello que nos parece bueno o malo»,
por más que la expresión resulte finalmente sinónimo de
«juicio» (dogma). En definitiva, puede decirse también que
la Riada es un asunto de «juicio».
Si nos atenemos a este sentido de phainomenon, permanente
en la parte conservada de las Disertaciones, ¿cómo
traducir la frase: «Tú eres phantasia y no del todo phainomenon»}
Habrá que admitir que por phainomenon se
entiende en el M anual el objeto tal como lo presenta la
phantasia, es decir, que el objeto se nos aparece como algo
pavoroso, entristecedor o inquietante, puesto que el M a
nual habla de representaciones luctuosas y turbulentas. Si
se dice que la phantasia, en calidad de pura representación,
no puede causarnos mal, se está diciendo a la vez
que no es exactamente, tampoco, el objeto terrorífico que
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