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acompañan el paso del estado de no filósofo al de aspirante
a filósofo93 y al de verdadero filósofo. Este tema de
la gradación en el progreso espiritual surgirá, como veremos,
en muchas ocasiones a lo largo del M anual, especialmente
en el capitulo 48. De momento, por asociación de
ideas con el consejo que nos exige someter a crítica nuestros
juicios y no acusar a los demás, Arriano señala brevemente
que el no filósofo acusa a los demás y no a sí mismo
porque se niega a discernir con claridad entre lo que
depende de nosotros y lo que no depende de nosotros, sin
reconocer su propia responsabilidad en su desdicha; el aspirante
se ve todavía asaltado por miedos y terrores, pero
reconoce ya su error de juicio; el auténtico filósofo no
siente miedo ni terror porque no comete errores de juicio:
no tiene necesidad de acusarse ni de acusar a los demás.
6. Sólo somos responsables de nuestro uso
de las representaciones, y si es conforme
a la naturaleza podemos jactarnos de ello
Los hombres se enorgullecen de sus posesiones materiales,
de sus relaciones, sus riquezas, sus caballos, sus vestidos.
Pero no son responsables de estas cosas, puesto que no
dependen de ellos. Como se ha dicho a propósito del capítulo
1, sólo dependen de nosotros las actividades del alma,
como el juicio, el deseo, el impulso a la acción y nuestra *
* Hadot utiliza la palabra progirssanl como traducción del tirm ino estoico prokopton. «el
que progresa», el aspirante a filósofo, el «proficiente)., «el que va aprovechando en algo»
(N. delT.).
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