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Y SIN EMBARGO SE MUEVE

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Pensando la negociación desde las mujeres | 101<br />

El imperativo de “ser para otros u otras” y los roles de cuidado asignados a<br />

las mujeres han sido determinantes para potenciar la capacidad de ver e interpretar<br />

las necesidades del otro/a y encausar la búsqueda de soluciones satisfactorias<br />

para el conjunto; las redes de vecindad y apoyo sostenidas ancestralmente por<br />

las mujeres en todo el territorio son el eje del tejido social que materializa el<br />

admirable concepto africano de “yo solo soy si tú eres” (Ubuntu), que está en<br />

la base de la paz y el compartir de la reconciliación en Sudáfrica.<br />

Estas formas relacionales impulsadas por las mujeres han permitido tejer<br />

lazos de solidaridad y encontrar intereses comunes con partes enfrentadas en las<br />

guerras. Las Mujeres de Negro palestinas e israelitas han logrado ser y actuar entre<br />

ellas basándose en criterios humanitarios, para darse protección y salvar vidas.<br />

Sin embargo, en la intencionalidad de cuidar y conservar, hemos postergado<br />

nuestras propias necesidades como mujeres y el derecho a estar donde se<br />

toman decisiones vitales para la sociedad.<br />

Pactar la paz es menos difícil que construirla y mantenerla, aunque los<br />

dos momentos necesitan de nuestra presencia. Los pactos plasman las visiones<br />

e intereses cruciales para superar los problemas que dieron origen al conflicto.<br />

Es un escenario en el que se miden y confrontan fuerzas. La construcción y el<br />

sostenimiento se ligan al transcurrir de la vida misma, a los ámbitos privados<br />

y públicos; requieren la transformación de imaginarios colectivos, de cambios<br />

culturales, de esfuerzos continuados para construir un mundo mejor.<br />

Las posibilidades de exigibilidad en el posconflicto se reducen para quienes<br />

no participan en la concertación. Por eso, las mujeres debemos estar allí: pactar,<br />

no ser pactadas; porque nuestra lectura de la sociedad y del conflicto armado<br />

tiene otros códigos 4 . Cuestiones esenciales para lograr una vida en paz, como<br />

la eliminación de las violencias contra las mujeres, no han surgido en las negociaciones<br />

cuando hemos estado ausentes, a pesar del daño social y personal<br />

que se desprende de esas violencias.<br />

En el mismo sentido, en contraste con las ocultas discriminaciones históricamente<br />

vividas por las mujeres, la superación de las injusticias y exclusiones<br />

que originaron el conflicto armado constituye un aspecto parcial, aunque sin<br />

duda, importante.<br />

El movimiento de mujeres, en especial el feminismo, del que hago parte,<br />

desea una paz que no se limite a incluirnos en el mundo construido por el patriarcado<br />

para los varones; deseamos recrear conjuntamente otro mejor, porque<br />

éste no nos gusta. Queremos un mundo afirmado en valores éticos civilistas, en<br />

el que los conflictos se resuelvan mediante la argumentación. Queremos gene-<br />

4 Véase Muñoz y Ramírez (2014).

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