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De la insurgencia, al proyecto de soberanía popular | 245<br />
departamentales, a los concejos municipales y a gobiernos territoriales. Ex militantes<br />
del PCC ML y del EPL accedieron a la a las Asambleas Departamentales<br />
de Antioquia, Córdoba, Risaralda, Putumayo y Atlántico, así como a Concejos<br />
Municipales en numerosos municipios de las zonas donde concentró su mayor<br />
influencia. Pero pronto la AD M-19 perdió posibilidades ante la ausencia de<br />
garantías y de favorabilidad política, condiciones que han debido otorgarse a<br />
sectores que procedían de la insurgencia amnistiada y eran protagonistas de los<br />
pactos de paz. Sólo en 1994, el gobierno adoptó por decreto una Circunscripción<br />
Especial de Paz para movimientos políticos integrados por ex insurgentes para<br />
concejos municipales, pero limitada a una sola elección.<br />
Así, desde los años 90, personas provenientes de esta experiencia insurgente<br />
han hecho parte de proyectos políticos de la izquierda democrática: la AD M19,<br />
el Polo Democrático Independiente, luego Polo Democrático Alternativo, el<br />
Partido Alianza Verde, el Movimiento Progresistas y corrientes de avanzada del<br />
Partido Liberal y otras agrupaciones. Paralelamente, se avanzó en la implementación<br />
de los acuerdos de paz y el Programa de Reinserción Económica y Social<br />
que en medio de notorias dificultades de funcionamiento se fue consolidando.<br />
A los movimientos insurgentes amnistiados e indultados se les otorgó<br />
personería jurídica de partido político. Hubo otras seguridades: esquemas de<br />
protección a las dirigencias y el compromiso de respeto para los ex combatientes<br />
y sus proyectos. Pero pronto se hizo evidente la precariedad de ese marco de<br />
garantías en especial en las regiones, dada la persistencia del conflicto armado,<br />
las expresiones de persecución, ataque o intolerancia contra los nuevos actores<br />
políticos y la propia debilidad de sus proyectos. Por ejemplo, en Urabá, Magdalena<br />
Medio y Montes de María hubo una persecución sistemática. Se ocasionó<br />
así un millar de víctimas de homicidios y desaparecidos entre ex combatientes<br />
del M19, el EPL y las agrupaciones insurgentes regionales o locales acogidas a<br />
la paz (Fucude, 2006). También surgieron pequeños focos armados disidentes<br />
en varias regiones donde habían actuado frentes del EPL que se extinguieron<br />
progresivamente en medio de expresiones de degradación delincuencial. En<br />
Urabá, una disidencia y un rearme desde ex combatientes del EPL produjeron<br />
el más negativo efecto de violencia contra este proceso de paz. Y aún sobrevive<br />
en Catatumbo la última disidencia al pacto de paz del EPL, cobijada por la presencia<br />
en el mismo territorio de frentes de las FARC y el ELN (Villarraga, 2000).