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Diáspora y participación política en el proceso de paz | 127<br />
Para él o la emigrante colombiana, el cruce de la frontera hacia lugares de<br />
refugio o en busca de oportunidades negadas en su propia tierra significa que<br />
ya no sólo no está físicamente en el país sino que dejan de existir para el Estado<br />
colombiano y no cuenta con la comprensión de la sociedad colombiana acerca<br />
de sus vivencias en los lugares de acogida. Existe una gran ignorancia sobre su<br />
situación de huida, el proceso de asilo o residencia, sus vidas en el exterior y en<br />
tiempos del proceso de paz sobre cómo serían su participación, y la reparación<br />
y/o retorno en condiciones de dignidad, voluntariedad y seguridad. En la práctica<br />
se trata de otra re-victimización ya que a ella no la cobijan los derechos de<br />
verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición que en el papel la ley<br />
1448 de 2011 consagra a las víctimas internas.<br />
La esperanza de la comunidad migrante y refugiada está en que el fin del<br />
conflicto armado entre las insurgencias y el Estado sirva no solo para sacar la<br />
violencia armada de la resolución de los problemas, sino también, como afirma<br />
el ELN, para identificar cuáles son los aspectos a cambiar para superar problemas<br />
como la pobreza, las desigualdades sociales o las exclusiones, tanto a nivel<br />
nacional como en las regiones directamente afectadas por la guerra.<br />
La diáspora en anteriores conversaciones de paz y las opciones<br />
en el actual proceso.<br />
En el extranjero han tenido lugar algunas negociaciones de paz entre el Estado<br />
colombiano y las insurgencias, con el apoyo de la comunidad internacional y<br />
los “países amigos” que han actuado como garantes o como facilitadores. Sin<br />
embargo, la participación de la comunidad colombiana residente en el exterior<br />
en esos diálogos se ha limitado a apoyos personales para facilitar el proceso o<br />
para hacer labores de mediación —muchas veces no oficiales— ante los Estados,<br />
las instituciones y los grupos involucrados 3 .<br />
En tales épocas de conversaciones, ni se han abordado los problemas que<br />
afectan la migración y el exilio, ni se han creado espacios para incluirlos en las<br />
mesas de negociación. Esta situación podría cambiar positivamente porque en la<br />
Mesa entre el Ejército de Liberación Nacional – ELN - y el gobierno colombiano<br />
la agenda pactada permite no solo incluir a todos los sectores de la sociedad<br />
sino también porque en ella la realidad de la diáspora puede ser abordada en un<br />
temario que incluye a las víctimas del conflicto, la participación de la sociedad,<br />
la democracia y las transformaciones necesarias para la paz.<br />
3 En Ginebra Suiza, el 25 de julio de 2000, se realizó el Encuentro “El Consenso Nacional por la Paz de Colombia”,<br />
en el que participaron delegaciones del gobierno colombiano y del ELN, igual que más de 80 representantes de la<br />
sociedad civil colombiana y de la comunidad internacional.