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De las armas a la democracia radical | 111<br />
formalización de una de una mesa de diálogo para la paz entre el gobierno colombiano<br />
y el ELN ocurrirá cuando ya está muy avanzado el trabajo de la Mesa<br />
de La Habana donde se sientan el mismo gobierno y las FARC-EP.<br />
Nadie puede condicionar o constreñir el camino que decida seguir cada<br />
agrupamiento que viene a la vida civil. Los nueve agrupamientos guerrilleros<br />
que hicieron la paz en los pasados 90 escogieron muy diversas rutas para dar el<br />
paso a la vida civil y realizar sus nuevas aspiraciones.<br />
Si a quienes vienen a la vida civil se les reconoce el derecho a escoger<br />
opción y a hacer propuestas políticas, no puede caber duda de que ellos, a su<br />
vez, deberán reconocer y respetar el derecho de otros actores curtidos en la<br />
lucha democrática civilista a hacer propuestas para encauzar las fuerzas del<br />
rico espacio alternativo. No por imposición sino por encuentro de experiencias,<br />
saberes, proyectos y expectativas, se despeja el camino del entendimiento. El<br />
gran diálogo entre fuerzas alternativas está por abrirse.<br />
Ello resulta tanto más necesario por cuanto en este universo complejo de<br />
las fuerzas alternativas además de las familias comunista y camilista, también<br />
existe un amplio conjunto independiente de expresiones sociales y políticas con<br />
capacidades reales de iniciativa y movilización. Ese conjunto se caracteriza por<br />
una postura de civilismo y democracia radical, que se perfila con nitidez por lo<br />
menos desde hace una década.<br />
El civilismo y la democracia radical se revelan en muchos episodios de<br />
la movilización ciudadana por la salida política: la iniciativa del Mandato<br />
Ciudadano por la Paz, que obtuvo 10 millones de votos en octubre de 1997; el<br />
ejercicio de constituyentes municipales, cuyo comienzo fue en el municipio de<br />
Mogotes, con cerca de 200 entre 1997 y 2007; la multiplicación de comunidades<br />
y territorios de paz, la cristalización en 2005 del proyecto político del Polo Democrático<br />
Alternativo, que adoptó un ideario de unidad rotundamente civilista<br />
y un programa de transformaciones democráticas; la postura del movimiento<br />
indígena del Cauca de adelantar grandes acciones comunitarias para desalojar de<br />
su territorio a los actores armados de todo tipo, las redes de paz, comunidades<br />
de paz, territorios de paz, expresiones de no violencia activa y organizaciones<br />
pro ciudadanía real y eficaz.<br />
Hace pocos días, estas familias de manera mancomunada impulsaron un<br />
Encuentro Nacional de Paz (22 y 23 de julio de 2015), al que acudieron numerosos<br />
partidarios de la salida política del conflicto armado, algunos de ellos con<br />
asiento en las Comisiones de Paz de Cámara y Senado, e inclusive sectores del<br />
empresariado. Búsqueda plenamente valida de caminos de unidad.<br />
Familia comunista, familia camilista y familia civilista tienen hoy una<br />
enorme responsabilidad: desatar una articulación efectiva que ponga en el<br />
escenario del posacuerdo una fuerza muy amplia capaz de crear una realidad