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Negociación Gobierno-ELN. Y sin embargo, se mueve<br />
el bloque histórico del cambio, un sujeto que erija la agenda política<br />
y social de paz con justicia social.<br />
• La paz en el país representa un quiebre histórico, en un tiempo de<br />
profunda crisis civilizatoria causada por el capitalismo: crisis expresada<br />
en la más profunda degradación de la condición humana y una<br />
depredación irreparable e irreversible de la naturaleza, de la Tierra.<br />
• En el caso de Colombia, un asunto clave, relevante y definitivo es la<br />
participación social en la negociación entre el gobierno y el ELN.<br />
Esa organización insurgente, importante expresión del movimiento<br />
popular de carácter político-militar, concibe lo popular, el poder popular,<br />
como sustancial e inherente a su composición e idearios. Por<br />
tanto, siempre ha visto como requisito determínate e irrenunciable<br />
la presencia activa de la sociedad, de los sectores sociales populares<br />
y medios, en la solución política al conflicto social y armado y en la<br />
construcción de una paz estable y duradera.<br />
Contexto y coyuntura<br />
Globalización significa para el discurso dominante actual de la economía<br />
aceptar que los hombres y las mujeres sean despojadas de su dignidad humana y<br />
se conviertan en instrumentos, en simples medios al servicio de los negocios de<br />
las empresas. El capitalismo enfrenta hoy un mal muy grave, entre otros muchos,<br />
que nos interesa resaltar: el deterioro ecológico ambiental global, irreparable e<br />
irreversible, que pone en riesgo la estabilidad del propio sistema de producción<br />
y la rentabilidad que él mismo produce. El sistema mundial de poder político<br />
económico tiende crecientemente a crear múltiples crisis, sociales, económicas<br />
y ambientales. Con ello, el capital que ahora es también globalizado, conduce<br />
irreversiblemente a un empobrecimiento también globalizado.<br />
El andamiaje ideológico del neoliberalismo impuso una cultura de la<br />
privatización, del consumismo e individualismo. Hoy, la soberanía reside en<br />
los grandes actores económicos, sobre todo, en las transnacionales. El ‘éxito’ de<br />
modelo-mercado es aparentemente rotundo: además de imponer su programa,<br />
cambió en su provecho el sentido de las palabras.<br />
Hemos llegado tanto, afirma Samir Amín, a la reducción de todos los seres<br />
humanos al nivel de mercancías, al vender su fuerza de trabajo,<br />
a la destrucción de la naturaleza —Marx lo había dicho— y ahora se redescubre<br />
que esta acumulación de capitales es destructora de la base natural<br />
de la reproducción, incluida la vida, con todas las amenazas que los medios<br />
contemporáneos dan a la producción (Monal, 2003).