07.05.2013 Views

Entre prójimos - Latin American Network Information Center

Entre prójimos - Latin American Network Information Center

Entre prójimos - Latin American Network Information Center

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

248 KIMBERLY THEIDON<br />

encuentran alli. La convivencia implica la restauración de relaciones eotre seres humanos<br />

y también de las personas consigo mismas. "Reconocerse". ¿Cómo pasar de la negación al<br />

reconocimiento?<br />

Hualla, notas de campo, mayo de 2003<br />

Saliamos de visitar el cementerio cuando nos encontramos con la abuelita Feliciana<br />

Toyra, cargando chala (el tallo y las ramas del maíz). José Carlos insistió en cargar el<br />

bulto y la cara arrugada de Feliciana se plegó por una sonrisa. "Ay papacha, ¿cuál de las<br />

almas te habrá mandado?". Mientras caminábamos, notamos que ella miraba de un lado a<br />

otro, como si se estuviera asegurando que no había nadie dentro de un rango suficiente<br />

como para oírla.<br />

Ay papacha nuevamente dicen que están viniendo esos puka umas [cabezas rojas:<br />

senderistas]. Mi sobrina había visto en el cerro a unos hombres reunidos con armas la<br />

semana pasada. Igualito que ese tiempo de muerte allí enterraban apuradito nomás,<br />

todo caliente. No se podía hacer hueco. Todo encima nomás enterramos porque si nos<br />

encontraban a nosotros también nos mataban.<br />

Inclinamos la cabeza, pensando en el número de personas que compartía ese lamento.<br />

Cuando volteamos la esquina, una anciana borracha que se tambaleaba venía desde el<br />

cementerio. Feliciana sacudió la cabeza y un murmullo de desaprobación se escapó de sus<br />

labios.<br />

-¿Antes del tiempo de la muerte, tomaba mucho la gente? -le preguntamos.<br />

-Nadie, ninguna mujer tomaba. Hemos aprendido con ese mal tiempo y todos<br />

comenzamos a tomar como esperar la muerte, hasta tomando trago nomás nos venía el<br />

sueño. Vivíamos de miedo. Apenas esperábamos la tarde para escapar a los cerros, todo<br />

era muerte aquí, allá. Sólo aparecían muertos y no podíamos recoger a los muertitos, no<br />

nos dejaban. Por eso los perros y chanchos se los comían. Esa vida era como infierno.<br />

Nadie podía verse cara a cara. Habrá sido de vergüenza o de miedo, todos comamos sin<br />

ver a nadie, vivíamos sin ver a nadie, vivíamos sin vernos bien la cara. Ya ni podíamos<br />

hablar entre nosotros como si nos hubiera agarrado mal de rabia.<br />

Cuando estábamos por llegar a su casa, Mama Feliciana nos recordó:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!