libro de actas vol i - Ciencias del Deporte - Universidad de ...
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II Congreso <strong>de</strong> la Asociación Española <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>de</strong>l <strong>Deporte</strong> INEF-Madrid<br />
Es un hecho contrastado que los inmigrantes <strong>de</strong> menor po<strong>de</strong>r adquisitivo tien<strong>de</strong>n a<br />
concentrarse en los barrios más <strong>de</strong>sfavorecidos <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acogida. Dos ejemplos:<br />
- En Alemania, don<strong>de</strong> viven 7,5 millones <strong>de</strong> extranjeros, lo que representa un 8,5% <strong>de</strong> la<br />
población total, en algunos barrios <strong>de</strong> Berlín el porcentaje <strong>de</strong> turcos alcanza el 80-90%<br />
(Heinemann, 2001).<br />
- En el período 1986 – 2000 mientras en Barcelona la inmigración creció en un 20 –<br />
25%, en el Raval lo hizo en torno a un 84 – 86%. (Maza, 2001:9).<br />
Precisamente en el Raval <strong>de</strong> Barcelona (antiguo Barrio Chino), Gaspar Maza, lleva <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1986<br />
trabajando con jóvenes inmigrantes con un Programa <strong>de</strong> fútbol, su experiencia nos ayuda a<br />
enten<strong>de</strong>r mucho mejor el fenómeno <strong>de</strong> la inmigración al contextualizarlo en el marco <strong>de</strong> la<br />
marginación urbana:<br />
“Cuando en 1986 inicié mis trabajos en la zona para estudiar la marginación social, la<br />
inmigración extranjera era mínima. Dos años más tar<strong>de</strong>, en 1988 mi trabajo pasó a centrarse<br />
en la organización <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>portivas <strong>de</strong> carácter preventivo, principalmente grupos <strong>de</strong><br />
fútbol que se formaron en una plaza <strong>de</strong> la zona. En el primer grupo con el que establecí<br />
contacto sólo había dos jóvenes <strong>de</strong> origen marroquí sobre un total <strong>de</strong> 12. En esos momentos el<br />
inmigrante extranjero en el barrio era fundamentalmente <strong>de</strong> origen magrebí. Siete años más<br />
tar<strong>de</strong>, en 1995 eran ya 70 los jóvenes que forman el grupo y 20 <strong>de</strong> ellos eran hijos <strong>de</strong><br />
inmigrantes extranjeros. La mayoría sin embargo eran nacidos en Barcelona, por lo que la<br />
categoría <strong>de</strong> inmigrantes que continuaban recibiendo era incorrecta. Esta categoría sin<br />
embargo les perseguirá hasta la actualidad. En el año 2000 son ya 50 (el 60% <strong>de</strong>l grupo) y se<br />
ha vuelto a producir otra nueva situación: ya no todos son hijos <strong>de</strong> inmigrantes <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong>l<br />
magreb sino que también son hijos <strong>de</strong> inmigrantes que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> países como Pakistán,<br />
India, Ecuador o República Dominicana. Algunos <strong>de</strong> estos hijos <strong>de</strong> inmigrantes empiezan a ser<br />
tan numerosos o más que el grupo magrebí dominante hasta el año 1995. En el año 2001 mi<br />
trabajo continua siendo la prevención <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> marginación en general en la que<br />
entran ahora tanto los hijos <strong>de</strong> los autóctonos como los hijos <strong>de</strong> los últimos inmigrantes”.<br />
(Maza, 2001:6).<br />
Para enten<strong>de</strong>r los problemas <strong>de</strong> los inmigrantes <strong>de</strong>bemos compren<strong>de</strong>r también su situación <strong>de</strong><br />
marginación. El inmigrante aña<strong>de</strong> a sus problemas culturales otros <strong>de</strong> clase social. Lo mismo<br />
pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong> los barrios don<strong>de</strong> se asientan, en muchos casos convertidos en verda<strong>de</strong>ros<br />
guetos étnicos como el Raval <strong>de</strong> Barcelona o Lavapiés en Madrid, zonas don<strong>de</strong> al problema <strong>de</strong><br />
la marginación urbana se le ha superpuesto en los últimos años el <strong>de</strong> la inmigración extranjera.<br />
Porque como muy bien se nos apunta “la convivencia con la inmigración sólo se produce en<br />
<strong>de</strong>terminados sectores y barrios muy concretos y no siempre como una opción <strong>vol</strong>untaria, sino<br />
como un <strong>de</strong>stino compartido <strong>de</strong> clase” (Maza, 2001:1). Son las clases autóctonas más<br />
<strong>de</strong>sfavorecidas, las que viven <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre en estos barrios marginales a los que ahora se<br />
suma la presencia <strong>de</strong> los inmigrantes, las que están llevando el peso real <strong>de</strong> la integración. Son<br />
ellos quienes conviven a diario y los tienen como vecinos.<br />
Es más los análisis transversales realizados por el propio autor en el Raval <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1986 hasta<br />
hoy muestran como en dicho barrio “se establece así una mezcla <strong>de</strong> clase baja autóctona en<br />
retroceso con una clase baja <strong>de</strong> origen inmigrante, ambas encerradas en un continuo proceso<br />
<strong>de</strong> reproducción <strong>de</strong> la marginación” (Maza, 2001:9).<br />
El concepto reproducción social, elaborado originalmente por Bourdieu y Passeron (1964) nos<br />
remite a aquellos mecanismos sociales por los que los individuos nacidos en un contexto social<br />
muy <strong>de</strong>sfavorecido terminan, a pesar <strong>de</strong> todos los esfuerzos, sin po<strong>de</strong>r salir <strong>de</strong>l mismo. Cuando<br />
la marginación es muy fuerte ésta se transmite <strong>de</strong> padres a hijos, en particular a través <strong>de</strong>l<br />
sistema educativo. En este sentido la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> reproducción social se equipara a la herencia<br />
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