libro de actas vol i - Ciencias del Deporte - Universidad de ...
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II Congreso <strong>de</strong> la Asociación Española <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>de</strong>l <strong>Deporte</strong> INEF-Madrid<br />
Así, cumple con objetivos socializadores y educativos, <strong>de</strong>sarrollando valores y<br />
actitu<strong>de</strong>s, tan necesarios en la sociedad actual (Sánchez Bañuelos, 1998). A<strong>de</strong>más, actúa <strong>de</strong><br />
forma indirecta en la modificación <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados comportamientos relacionados con la salud,<br />
como el tabaquismo y alcoholismo (Cantera, 1997; Casimiro, 1999), o, incluso, en prevención<br />
<strong>de</strong> comportamientos <strong>de</strong>lictivos.<br />
En efecto, D’Amours (1988) indica que la actividad física en niños reduce<br />
comportamientos agresivos y <strong>de</strong> disturbio, por favorecer su autoimagen y disminuir su estrés.<br />
Por otra parte, los niños que son activos en la escuela se encuentran mejor con sus<br />
semejantes que los que no son activos (Edwards, 1990, citado por Tercedor, 1998). Marsh<br />
(1993), indica un mayor autoconcepto en los alumnos más activos, así como una mayor<br />
implicación e i<strong>de</strong>ntificación con la escuela y sus valores.<br />
A<strong>de</strong>más, los estudios se han proliferado en comprobar cómo afecta la práctica fisico<strong>de</strong>portiva<br />
en el rendimiento académico y <strong>de</strong>terminados logros sociales (Sánchez Bañuelos, 1998),<br />
<strong>de</strong>stacando que dicha práctica provoca unas mayores aspiraciones académicas <strong>de</strong>l joven, aunque<br />
éstas no se convierten necesariamente en buenos rendimientos (Spady, 1971; D’Amours, 1988).<br />
Del mismo modo, el aprendizaje <strong>de</strong> un gran número <strong>de</strong> patrones motores en estas<br />
eda<strong>de</strong>s favorece la adquisición <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s técnicas, <strong>de</strong> una forma más eficiente, en la edad<br />
adulta (D’Amours, 1988).<br />
5.- Riesgos <strong>de</strong> la actividad física<br />
Todos los efectos positivos <strong>de</strong>scritos, que comienzan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se inicia la actividad,<br />
se pue<strong>de</strong>n convertir en negativos o en <strong>de</strong>sventajas si la actividad física no es la a<strong>de</strong>cuada a las<br />
características <strong>de</strong> los practicantes. Así, el ejercicio competitivo <strong>de</strong> alta intensidad en jóvenes<br />
pue<strong>de</strong> crear un estrés psicofísico que trae consigo, entre otras circunstancias: estancamiento<br />
en el crecimiento, retraso <strong>de</strong> la menarquia, amenorreas, <strong>de</strong>scalcificación ósea, alteraciones<br />
pulm onares, ten<strong>de</strong>ncia a la anorexia, escoliosis, <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong> testosterona en<br />
niños, disminución <strong>de</strong> las <strong>de</strong>fensas orgánicas ante infecciones y viriasis (Liarte y Nonell, 1998;<br />
Terrados, 2000).<br />
En cuanto a la carga <strong>de</strong> la actividad, Toro (2000) subraya un umbral energético <strong>de</strong><br />
actividad física, a partir <strong>de</strong>l cual surgen los riesgos anteriores, <strong>de</strong>stacando un aumento <strong>de</strong> los<br />
trastornos alimentarios. Así, el ejercicio excesivo, junto con una restricción calórica, aumenta la<br />
obsesividad y la compulsividad en personas predispuestas.<br />
En efecto, en España más <strong>de</strong>l 40% hacen ejercicio con la intención <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lgazar,<br />
aumentando este porcentaje hasta el 80% en el caso <strong>de</strong> anoréxicas. Según este autor, una<br />
gran parte <strong>de</strong> culpa la tienen los entrenadores <strong>de</strong> chicas, <strong>de</strong>stacando un estudio <strong>de</strong> Rosen y<br />
Hough (1988) don<strong>de</strong> se indica que en el 67% <strong>de</strong> las gimnastas anoréxicas, el entrenador les<br />
<strong>de</strong>cía que estaban <strong>de</strong>masiado “gruesas”.<br />
Otro dato que avala la trascen<strong>de</strong>ncia socializadora <strong>de</strong>l entrenador, según Toro (2000),<br />
proviene <strong>de</strong>l porcentaje graso máximo recomendado para atletas <strong>de</strong> fondo (10%), mientras la<br />
cantidad <strong>de</strong> grasa necesaria para menstruar ascien<strong>de</strong> al 17%.<br />
En este sentido, García-Peñuela (2000, pg 502) señala: “¿Seguirá el nuevo atleta<br />
inmerso en el mundo <strong>de</strong>l cuerpo sin conseguir <strong>de</strong>sligarse <strong>de</strong> muchas <strong>de</strong> sus obsesiones? o, por<br />
el contrario ¿Pue<strong>de</strong> ser un estímulo <strong>de</strong> vida que le sirva <strong>de</strong> apoyo para llegar a sentirse bien<br />
consigo mismo y con su cuerpo?.<br />
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