29.03.2023 Views

355449804

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

194/246

de Nichiren, la práctica de aceptar y practicar la ley de Nam-myohorenge-kyo

contiene e incluye las cinco prácticas en su totalidad. Las

primeras seis conciencias se purifican con la práctica de Nam-myohorenge-kyo,

para trascender las limitaciones y transformar el sufrimiento

en alegría.

Los sordos y ciegos también pueden purificar sus sentidos. El hecho

de no poseer determinadas facultades no impide a las personas percibir

la esencia de las cosas, así como el hecho de tener visión óptima o

de oír bien no les permite adquirir esta capacidad, de por sí. Sean

cuales fueren nuestras limitaciones físicas, mediante la práctica

budista podemos desarrollar plenamente el sentido del corazón. En

parte, purificar los sentidos implica percibir profundamente la naturaleza

de todos los fenómenos.

Gracias al avance de la ciencia, nuestros ojos y oídos se han vuelto

mucho más potentes; podemos ver el espacio exterior y escuchar los

sonidos de los abismos del océano. ¿Pero esta capacidad equivale a la

felicidad? La ciencia tiende a dirigir sus investigaciones siempre hacia

el exterior, pero a menos que exista un crecimiento y una maduración

correspondientes en el reino interior de la vida, acabará profundizando

el sufrimiento humano.

Más aún, la ciencia todavía no ha inventado un instrumento que nos

permita escrutar el corazón del hombre. El budismo nos permite percibir

nuestro propio corazón y el de los demás, y comprender cabalmente

sus sutiles funciones. Podríamos decir que es una ciencia del

espíritu, una medicina de la vida profunda. En última instancia, purificar

el corazón —nuestras percepciones e intenciones— es la base para

purificar nuestros órganos sensoriales y nuestra conciencia.

Mark Twain dijo a Helen Keller, quien triunfó sobre su incapacidad

de hablar, ver y oír: “Helen, el mundo está lleno de ojos ciegos, de ojos

perdidos, nublados y desprovistos de alma”. 2 Twain también observó

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!