355449804
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
196/246
La séptima conciencia se caracteriza, también, por la capacidad de
distinguir entre el yo y los otros, y de establecer un límite o frontera
entre nosotros mismos y el resto de las cosas. Es la fuente de la cual
deriva el impulso de autopreservación. Por eso, costaría mucho funcionar
en el mundo real sin esta capacidad.
Con todo, en definitiva, este impulso o deseo crea sufrimiento. Podemos
dejarnos controlar profundamente por la función de la séptima
conciencia y por la idea del yo que ésta genera, otorgándole una “sustancia”
que en realidad el yo no posee. El apego a este yo deriva en
actitudes de arrogancia y de egocentrismo, pero también de inseguridad
y desprecio a uno mismo. Sin embargo, si abandonamos este yo tal
vez temamos negar nuestra existencia. Por eso nos aferramos al relato
de nuestra subjetividad y a la historia que nosotros mismos narramos
sobre quien somos; al mismo tiempo, buscamos ampliar ese relato,
enfatizando nuestras opiniones y creencias, nuestras afinidades y rechazos,
como si quisiéramos proteger el núcleo de nuestra identidad.
Así pues, perdemos de vista el yo superior o verdadero, que yace en un
nivel más profundo de la conciencia, e ignoramos nuestro genuino potencial.
Nuestro apego al yo de la séptima conciencia nos confina en
una diminuta jaula dentro de la inmensidad de la vida, y no deja aflorar
el manantial innato de nuestro humanismo.
Aunque parezca que la palabra “yo” se utiliza negativamente, y que
se relaciona con una conducta egoísta o egocéntrica, el budismo la emplea,
con la denotación antes mencionada, como sinónimo del “yo inferior”.
Como se dijo en capítulos anteriores, existe también un “yo superior”,
y éste es nuestra verdadera identidad, que yace dormida en lo
más hondo de la vida.
Toda la filosofía budista se centra en la idea de romper la cárcel del
yo inferior y revelar el yo superior, infinitamente más amplio y rico. El
concepto de las nueve conciencias se desarrolló para lograr dicho fin.