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superficial es fácil de abrazar, pero lo profundo es difícil. Descartar lo
superficial y buscar lo profundo es el camino de un hombre de coraje”.
4 En este párrafo, “hombre de coraje” se refiere esencialmente al
Buda, quien busca la profunda verdad. “Lo superficial” se refiere a todas
las enseñanzas budistas que no son el Sutra del loto, o, en última
instancia, que no son la Ley Mística, esencia de dicho sutra. Podemos
interpretar esto más ampliamente, y pensar que nosotros, tal como
hizo el Buda, debemos buscar la forma más honda de vivir, para lograr
algo no menos profundo en nuestra vida. Así, tendremos la fortaleza
necesaria para superar cualquier dificultad, y adquirir un estado de
vida robusto y saludable.
Los científicos modernos han arribado a una visión similar sobre la
naturaleza de la salud. René Dubos escribió en su obra Mirage of
Health (La ilusión de la salud): “Aunque es gratificante imaginar una
vida libre de tensiones y de estrés en un mundo despreocupado, esto
será siempre una ilusión estéril. […] El ser humano ha elegido luchar,
no necesariamente por sí mismo, sino por un proceso de crecimiento
emocional, intelectual y ético que se extiende eternamente. Crecer en
medio de peligros es el destino del género humano, porque es la ley del
espíritu”.
El biólogo austríaco-canadiense Ludwig von Bertalanffy expresó en
su Teoría general de los sistemas: “La vida no es un cómodo encastre
en los canales y ranuras prefabricados que trae la condición humana;
en todo caso, es un élan vital, inexorablemente impulsado hacia una
forma superior de la existencia. Admitamos que en esta definición hay
mucho de metafísico y de analogía poética, pero, después de todo,
también lo hay en cualquier imagen que intentemos trazarnos de las
fuerzas que mueven el universo”.
Con respecto al propósito de la enfermedad, en el impulso hacia la
perfección, el filósofo suizo Carl Hilty dijo: “Así como el desborde de
un río erosiona el suelo y nutre los campos, las enfermedades sirven