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ACTA APOSTOLICAE SEDIS - Libr@rsi

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Acta Pii Pp. XII 825IIIAd Exomum Virum Albertum Martin Artajo, Ministrum ab ExterisNegotiis Hispaniae. *Señor Ministro :A pesar de las estrecheces y angustias de tiempo, hemos querido vivamenteacoger el deseo expresado en nombre de Vuestra Excelencia, conlas ilustres personalidades que le acompañan, para manifestar que biensabemos cuan sinceramente está inspirado por aquella fe y aqnella prácticacristiana, que a Vuestra Excelencia distinguen como el más preciadode todos los títulos.La importancia de la misión que Vuestra Excelencia, asesorado por losdistinguidos colaboradores que en estos momentos le rodean, acaba deconcluir, deberá ser justamente estimada en las esferas competentes. ANos toca valorarla y ponderarla por lo que en sí contiene de elementosesencialmente benéficos y fraternos, precisamente en un momento en queel ritmo de la política mundial parece alterarse, amenazando o iniciandoya tremendas fracturas, cuya transcendencia difícilmente se podría calcularcon ojos puramente humanos.Los problemas mundiales, como todo movimiento en que intervienenfuerzas humanas más o menos regulables, tienen sus alternativas, en queno suelen faltar tampoco los oportunos remedios, cuando la fase no superalos límites ordinarios. Pero hay momentos en que estas energíasparece que se desencadenan, provocando crisis capaces de hacer fruncirel entrecejo a la frente más serena. No falta quien piense, si no estaremosahora en uno de esos instantes, cuando todo equilibrio amenaza ceder,todo freno comienza a parecer insuficiente y no se vislumbra más soluciónque el recurso a los principios eternos de fraternidad y de justicia,a la discreción y la prudencia, a la conciencia de la propia responsabilidad,a la exacta y tranquila valoración de los medios y de los fines, a lamemoria perenne de la cuenta que cada uno ha de rendir ante el tribunalde Dios y de la historia.La España católica conoce lo que son ciertos horrores y puede ser queesta experiencia haya sido una gracia especial de lo alto, para mantenerlaapartada de no leves peligros. Nuestro ferviente deseo es que ella sepa* Die 3 Novembris mensis a. 1956.54 - <strong>ACTA</strong>, vol. XXIII, n. 17. — 28-12-1956.

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