El Reino de la Sombra - El Grimorio

El Reino de la Sombra
como pueden los ataques de orkos y trolls en las plataformas inferiores.
Los PJs puede que se vean obligados a atravesar las líneas de
orkos que sitian el Gran Árbol, ya sea mediante la fuerza o usando
uno de los puentes colgantes. Una vez en las plataformas, deben
abrirse paso entre la lucha que se desarrolla entre orkos y elfos, hasta
lograr subir al nivel superior, donde se halla el palacio. El propio rey
Gerahel y su guardia personal se enfrentan a los invasores en este
nivel, resistiendo los ataques de las hordas enemigas.
Es en este momento cuando Seela, la lugarteniente del Rey Dios
que dirige el ejército invasor (ver pág. 321), aparece a lomos de Perdición,
su dragón negro. El objetivo de la renegada es dejar indefenso
al Rey, por lo que su dragón se dedica primero a destruir las
escaleras que llevan hasta el palacio, así como los puentes colgantes
que lo comunican con el Consejo de la Corte Blanca y otras plataformas.
Después, Seela observa desde lo alto cómo una horda de
grandes orkos ataca al Rey. Los PJs deben llegar a su lado y ayudarlo
a derrotar a los orkos, mientras la renegada se mantiene lejos
de su alcance, dirigiendo sus tropas desde lo alto. El rey Gerahel
necesitará la ayuda de los PJs para sobrevivir, pues sus guardias no
bastan para protegerlo. Las estadísticas del rey Gerahel están disponibles
en la sección Personalidades de Shalanest (ver pág. 264).
Una vez eliminen a los grandes orkos, Seela en persona cargará sobre
el Gran Árbol, justo en el momento en que el sonido de un canto
llega desde el bosque.
LA LLEGADA DEL PRÍNCIPE GORNAHEL
Una canción alegre y jovial se escucha en el bosque, antes de que
aparezca el ejército de elfos, que entonan la marcha de la victoria.
Al oírlo, Seela detiene a su dragón y tira de las riendas para alejarse
hacia el norte.
Entonces surge por la avenida principal de la ciudad un destacamento
de un millar de elfos, todos cantando a la vez, y sus potentes voces se
imponen sobre los gritos de los orkos. Al frente del ejército cabalga el
príncipe Gornahel, primogénito de la familia real, que marcha sobre
su caballo blanco y porta el estandarte de la hoja estrella, el símbolo de
la nación elfa. Los invasores son masacrados por la nueva fuerza y
huyen en todas direcciones al ser superados en número y no contar ya
con el apoyo de los dragones. En pocos minutos, la batalla termina y
ni un solo orko queda con vida en Litdanast.
DESPUÉS DE LA BATALLA
Una vez derrotado el invasor, los elfos se reunirán para decidir el
plan a seguir. El Consejo de la Corte Blanca ofrece diversas opiniones,
desde los que ven claramente que algo terrible está pasando
en el norte, e incluso insinúan el regreso del Rey Dios, a quienes
creen que tan sólo es una escaramuza y que lo mejor es hacerse fuertes
en el bosque. Ante las dudas, el rey Gerahel decide seguir varios
cursos de acción. Por un lado forticar las defensas y preparar al
ejército para la guerra. Por otro, al ser ya tan pocos, decide enviar
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