13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

–Explícame, si puedes, este otro misterio, patrón –díjo¬me <strong>Zorba</strong>–. En mi vida todo anda al revés.<br />

En la infancia, según me dijeron, me parecía a un viejecillo: era de movi-mientos torpes, no<br />

hablaba gran cosa, y la voz me salía ronca como la de un anciano. Decían que era <strong>el</strong> retrato de mi<br />

abue¬lo. Pero he aquí que cuantos más años vivo, más atolon¬drado me pongo. A los veinte<br />

cometí muchas locuras, aunque no más de las que su<strong>el</strong>e cometer todo <strong>el</strong> mundo a esa edad. A los<br />

cuarenta, comencé a sentir plenamente los impulsos juveniles y me entregué a locuras mayores. Y<br />

ahora, cuando ya voy entrando por los sesenta –tengo sesenta y cinco años, patrón, pero esto<br />

debe quedar entre nosotros–, ahora, pues, ya sexagenario, ¿cómo te diría yo, patrón? ¡Palabra de<br />

honor, <strong>el</strong> mundo resulta demasiado pequeño para mí!<br />

Alzó <strong>el</strong> vaso y volviéndose hacia la dama, con tono grave:<br />

–¡A tu salud, mi Bubulina –exclamó solemne–; quie¬ra Dios que este año que se inicia te crezcan<br />

dientes y unas hermosas cejas d<strong>el</strong>gadas, y que se te ponga la pi<strong>el</strong> fresca y olorosa como la de un<br />

m<strong>el</strong>ocotón! ¡Y que mandes al diablo todas esas porquerías de cintajos! Que haya otra revolución<br />

en Creta y que vu<strong>el</strong>van las cuatro grandes potencias, querida Bubulina, con sus respectivas flotas,<br />

y que cada armada cuente con un almirante y cada almirante con rizada barba olorosa. ¡Y que tú<br />

nuevamente emerjas de las olas, mi sirena, entonando tu dulce canción! ¡Y que todos los buques<br />

de guerra de las cuatro potencias se estr<strong>el</strong>len contra estas dos rocas redondas y bravías!<br />

Diciendo lo cual, apoyó la gruesa pata en los pechos colgantes y flojos de la buena señora.<br />

Otra vez <strong>Zorba</strong> se había acalorado, la voz se le puso ronca de deseo. Me dio risa <strong>el</strong> recordar que en<br />

cierta ocasión había visto en una cinta cinematográfica las aventuras de un bajá turco en un<br />

cabaret parisiense. Por ser muy grande <strong>el</strong> concurso de espectadores, hubo de acomodar en sus<br />

ro¬dillas a una rubia costurerita que no hallaba dónde sentarse; <strong>el</strong> bajá, al poco rato, fue<br />

sintiéndose acalorado y <strong>el</strong> cordón con borla de su fez comenzó a levantarse lentamente a la vista<br />

d<strong>el</strong> público, se mantuvo horizontal unos segundos, y luego tomando impulso se puso rígido en <strong>el</strong><br />

aire.<br />

–¿Por qué te ríes, patrón? –me preguntó <strong>Zorba</strong>. Pero la buena señora oía aún en su interior las<br />

recientes palabras de <strong>Zorba</strong>.<br />

–¡Ah! –dijo–. ¿Crees que puede ser tal cosa, mi Zor¬ba? No, la juventud se va, sin remedio...<br />

<strong>Zorba</strong> se le acercó más, de modo que ambas sillas se to¬caron.<br />

–Oye, palomita –le contestó mientras trataba de soltar <strong>el</strong> tercer botón, <strong>el</strong> decisivo, d<strong>el</strong> corpiño–;<br />

oye, que te diré <strong>el</strong> magnífico regalo que te tengo reservado: hay actualmente un médico que<br />

realiza milagros. Te da una medicina, no sé si gotas o polvos, y recobras de pronto <strong>el</strong> aspecto que<br />

tenías a los veinte años, o cuando más, a los veinticinco. No llo¬res, hermosa, que yo haré que te<br />

traigan ese remedio de Europa...<br />

La vieja sirena se estremeció. Por entre los escasos ca¬b<strong>el</strong>los d<strong>el</strong> cráneo, brillábale la pi<strong>el</strong> rojiza.<br />

Echó los rollizos brazos al cu<strong>el</strong>lo de <strong>Zorba</strong>.<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 105

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!