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Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

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–No dormí en toda la noche, patrón; tuve mucho que hacer.<br />

–¿Qué tenías que hacer, desalmado?<br />

–El milagro.<br />

Rióse y apoyó un dedo en los labios.<br />

–No te lo diré. Mañana inauguramos <strong>el</strong> t<strong>el</strong>eférico. Los tocinos andantes han de venir a bendecir las<br />

obras y enton¬ces se rev<strong>el</strong>ará <strong>el</strong> nuevo milagro de la Virgen de la Vengan¬za ¡infinita es su Gracia!<br />

Sirvió <strong>el</strong> café.<br />

–Viejo, bien podría ser yo higúmeno. Si abriera un mo¬nasterio, cerrarían todos los demás por<br />

falta de parroquia. ¿Queréis lágrimas? Pues con una esponjita detrás de los iconos haría llorar a<br />

todos los santos. ¿Truenos queréis? Con un aparato de estruendo bajo la Santa Mesa, satisfago a<br />

los más exigentes. ¿Fantasmas deseáis? Con dos monjes de confianza errabundos por la noche en<br />

los tejados d<strong>el</strong> monasterio envu<strong>el</strong>tos en sábanas ¡abur! Y cada año apron¬taría para la festividad<br />

d<strong>el</strong> santo patrono una cáfila de cojos, ciegos y paralíticos que recobraran la vista y se echaran a<br />

bailar con frenesí. ¿Por qué ríes, patrón? Un tío mío encontró una vez un pobre mulo viejo en<br />

trance de muerte. Abandonado en la montaña para que reventara en paz. Mi tío se lo llevó. Todas<br />

las mañanas lo dejaba en un prado y recogíalo por la noche. «¡Eh!, tío Haralambos», le decía la<br />

gente, «¿qué piensas sacar de esa ruina andante?» «Me sirve como fábrica de estiércol»,<br />

respondía mi tío. ¡Pues bien, a mí, patrón, <strong>el</strong> monasterio me serviría como fábrica de milagros!<br />

XXV<br />

Aqu<strong>el</strong>la víspera d<strong>el</strong> 19 de mayo no he de olvidarla en los días de mi vida. El aparato t<strong>el</strong>eférico<br />

estaba pronto con todos sus pilares, cable y poleas que brillaban al sol mañanero. Enormes<br />

troncos de pino, apilados en la cima de la montaña, y un conjunto de obreros esperaban allá arriba<br />

<strong>el</strong> momento de colgar los troncos d<strong>el</strong> cable para lanzarlos hacia <strong>el</strong> mar.<br />

Una gran bandera griega ondeaba en <strong>el</strong> pilar de partida, en la montaña, y otra en <strong>el</strong> pilar de<br />

llegada, en la orilla. Frente a la barraca, <strong>Zorba</strong> tenía listo un barrilito de vino y por allí cerca un<br />

cordero bien gordo se cocía al asador. Después de la bendición y de la inauguración d<strong>el</strong> aparato,<br />

los invi¬tados beberían un vaso de vino, brindando por nuestra prosperidad.<br />

<strong>Zorba</strong> había descolgado la jaula d<strong>el</strong> loro y la había colo¬cado en una alta roca, junto al primero de<br />

los pilares.<br />

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