13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

–En una mina. Yo soy buen minero ¿sabes? Entiendo en metales, sé hallar las vetas, abrir galerías.<br />

Bajo a los pozos sin miedo. Trabajaba bien, me desempeñaba como capataz, no podía quejarme.<br />

Pero <strong>el</strong> diablo hizo de las suyas y echó a perder las cosas. El sábado último, por la noche, estando<br />

un tanto alumbrado, no lo pensé dos veces y me puse en mar-cha; fui en busca d<strong>el</strong> amo, llegado<br />

ese día en gira de inspec¬ción, y le encajé una paliza.<br />

–¿Una paliza? ¿Por qué? ¿Qué te había hecho?<br />

–¿A mí? ¡Nada! ¡Absolutamente nada, te lo aseguro! Era la primera vez que yo veía a ese tipo.<br />

Hasta nos había obsequiado con cigarrillos, <strong>el</strong> pobre.<br />

–¿Y entonces?<br />

–¡Oh, mira que eres preguntón! Me dio por ahí, viejo. Tú conoces la historia de la molinera ¿no es<br />

cierto? ¡Pues bien! ¿Acaso <strong>el</strong> trasero de la molinera sabe ortografía? Ahí tienes: <strong>el</strong> trasero de la<br />

molinera es la razón humana.<br />

Yo había leído muchas definiciones de la razón humana. Ninguna me causó mayor estupor que<br />

ésta. Me gustó. Miré a mi nuevo compañero con vivísimo interés. Tenía <strong>el</strong> rostro cubierto de<br />

arrugas, carcomido, como si se lo hubieran roído las borrascas y las lluvias. Otro rostro, algunos<br />

años más tarde, me produjo la misma impresión y me pareció, también, tallado en madera y<br />

doloroso: <strong>el</strong> de Panait Istrati.<br />

–¿Qué llevas en ese envoltorio? ¿Víveres? ¿Ropas? ¿Herramientas?<br />

Mi compañero se encogió de hombros, riéndose.<br />

–Mira que eres hombre razonable, lo digo con toda li¬cencia.<br />

Acarició <strong>el</strong> envoltorio con sus largos dedos duros.<br />

–Nada de eso –agregó–. Es un santuri.<br />

–¿Un santuri? ¿Tocas <strong>el</strong> santuri?<br />

–Cuando ando de malas recorro las tabernas con <strong>el</strong> san¬turi. Entono viejas canciones kléfticas de<br />

Macedonia. Y tiendo <strong>el</strong> platillo. El platillo es esta gorra, que me llenan de monedas.<br />

–¿Cómo te llamas?<br />

–Alexis <strong>Zorba</strong>. También me llaman «Pala de panadero», en broma, porque soy tan largo y tengo<br />

achatado <strong>el</strong> cráneo como una galleta. ¡Que digan lo que quieran! Otros me llaman passa-tempo<br />

porque en un tiempo vendí semillas de calabaza asadas. Me llaman, también «Mildiú» porque por<br />

donde quiera que vaya, según dicen, hago de las mías. ¡Al diablo con todo! Muchos otros apodos<br />

me ponen, pero dejémoslo para otra vez...<br />

–¿Cómo has aprendido a tocar <strong>el</strong> santuri?<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 9

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!