13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Rióse y a paso vivo marchó hacia la barraca. Lo seguí. Limpió los pescados sin abrir la boca. Yo<br />

recogí leña, encendí fuego. Una vez lista la sopa, tomamos nuestras cu¬charas y empezamos a<br />

comer directamente de la olla.<br />

Ninguno de los dos hablaba. No habíamos probado bocado en todo <strong>el</strong> día y comíamos con<br />

voracidad. Bebimos vino y recuperamos la alegría. <strong>Zorba</strong> al fin abrió la boca para decir:<br />

–Sería cómico, patrón, que apareciera ahora la Bubulina ¡que toda hora le sea grata y que de <strong>el</strong>la<br />

nos preserve <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o! Es lo que nos falta, ¿verdad? Sin embargo, te diré, patrón, aquí inter nos,<br />

que sentí su ausencia ¡así se la lleve <strong>el</strong> diablo!<br />

–¿Ahora no preguntas quién te arroja ese hueso?<br />

–¡Qué importa, patrón! Es como una pulga en una parva de heno. Recoge <strong>el</strong> hueso y no te<br />

inquietes por la mano que lo arrojó. ¿Tiene sabor? ¿Queda alguna carne adherida? Ahí está <strong>el</strong><br />

quid. Lo demás...<br />

–¡La comida cumplió su milagro! –dije dándole una palmada en la espalda–. ¿Se ha tranquilizado <strong>el</strong><br />

cuerpo hambriento? Pues <strong>el</strong> alma preguntona, también. ¡Trae <strong>el</strong> santuri!<br />

Pero al tiempo en que <strong>Zorba</strong> se alzaba, oyéronse menudos pasos presurosos y firmes en <strong>el</strong> camino<br />

de cantos rodados. Las fosas nasales sembradas de p<strong>el</strong>o le palpitaron a <strong>Zorba</strong>.<br />

–Hablando de Roma... –dijo en voz baja dándose una palmada en <strong>el</strong> muslo–. ¡Aquí la tienes! La<br />

perra olfateó olor a <strong>Zorba</strong> y acude.<br />

–Yo me marcho –dije levantándome–. Me fastidia. Iré a dar un paseíto. ¡Arreglen ustedes sus<br />

asuntos!<br />

–¡Buenas noches, patrón!<br />

–Y no olvides, <strong>Zorba</strong>: le prometiste casarte con <strong>el</strong>la; no me dejes por mentiroso.<br />

<strong>Zorba</strong> suspiró.<br />

–¿Casarme otra vez, patrón? ¡Vaya jaleo!<br />

El perfume de jabón de tocador se aproximaba.<br />

–¡Ánimo, <strong>Zorba</strong>!<br />

Salí precipitadamente. Ya se oía afuera <strong>el</strong> jadear de la vieja sirena.<br />

XVII<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 152

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!