13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

entiendes, patrón: buena vida, gallina en <strong>el</strong> puchero, una pollita, además. ¡Dios sea loado! Te<br />

abraza cordialmente Alexis Zorbesco, rata de albañal.»<br />

Corrieron dos años; recibí otra esqu<strong>el</strong>a, procedente de Servia esta vez: «Vivo aún; hace un frío de<br />

mil demonios, por lo que me he visto forzado a casarme. Mira a la vu<strong>el</strong>ta y verás sus morros; una<br />

real moza. Se le ha hinchado algo <strong>el</strong> vientre, pues ¿sabes? anda preparándome un Zorbita. A su<br />

lado, yo, con <strong>el</strong> traje que me regalaste; la sortija que ves en <strong>el</strong> dedo es la de la pobrecilla Bubulina,<br />

¡todo ocurre en este mundo! ¡Haya paz su alma! Ésta que aquí ves se llama Liuba. La capa de<br />

cu<strong>el</strong>lo de zorro que luzco es parte de la dote de mi mujer, que me trajo, además, una yegua y siete<br />

marranos. Y dos niños de sus primeras nupcias, pues olvidé decirte que es viuda. Descubrí en la<br />

montaña, muy cerca de aquí, una mina de cobre. Ya logré engatusar a un capitalista. Paso muy<br />

buena vida, como un bajá. Te abraza cordialmente Alexis Zorbietch, ex viudo.»<br />

Al dorso, la tarjeta traía una fotografía de <strong>Zorba</strong>, flore¬ciente, con traje de recién casado, gorro de<br />

pi<strong>el</strong>es, bastoncillo de barbilindo, amplia capa flamante. Tomada de su brazo una bonita eslava de<br />

no más de veinticinco años, yegüita briosa de ancas amplias, de ojos provocadores, revoltosa,<br />

calzada con altas botas y provista de abundante pechuga. Al pie de la fotografía, otras grandes<br />

letras puestas por <strong>Zorba</strong> a golpe de azada: «Yo, <strong>Zorba</strong>, y <strong>el</strong> asunto interminable: la mujer; ésta se<br />

llama Liuba.»<br />

Durante todos esos años estuve viajando por tierras ex¬tranjeras. Llevaba también yo un asunto<br />

interminable; pero no lucía <strong>el</strong> mío opulentos pechos, ni me traía en dote capas de pi<strong>el</strong>es ni<br />

marranos.<br />

Un día, en Berlín, recibí un t<strong>el</strong>egrama: «Encontré mag¬nífica piedra verde. Ven inmediatamente.<br />

<strong>Zorba</strong>.»<br />

Era en tiempo en que Alemania padecía hambre. Había caído tan bajo <strong>el</strong> marco que para comprar<br />

lo más insignificante –un s<strong>el</strong>lo de correos, por ejemplo– os veíais obliga¬dos a llevar millones en<br />

valijas. Hambre, frío, ropas hara¬pientas, zapatos rotos, muy empalidecidas las antes rubicun¬das<br />

mejillas germanas; al soplo de la brisa, cual hojas secas, caían los hombres en las calles. A los<br />

niñitos les daban un trozo de goma para que lo chuparan y cesaran en sus llantos. Por la noche, la<br />

policía montaba guardia en los puentes d<strong>el</strong> río, para evitar que las madres se arrojaran al agua con<br />

sus pequeñu<strong>el</strong>os.<br />

Era pleno invierno; nevaba. En la habitación contigua a la que yo ocupaba, un profesor alemán,<br />

orientalista, para entrar en calor tomaba <strong>el</strong> largo pinc<strong>el</strong>, al modo trabajoso que se usa en extremo<br />

Oriente, y esforzábase por copiar en chino algunos viejos poemas de aqu<strong>el</strong> país, o alguna<br />

sen¬tencia de Confucio. La punta d<strong>el</strong> pinc<strong>el</strong>, <strong>el</strong> codo alzado y <strong>el</strong> corazón d<strong>el</strong> sabio habían de formar<br />

un triángulo. «Al cabo de unos minutos», me decía satisfecho, «me sudan los sobacos y entro en<br />

calor.»<br />

En tales días de amargura, llegábame <strong>el</strong> t<strong>el</strong>egrama de Zor¬ba. En un principio me irrité: millones<br />

de hombres se en¬vilecen y flaquean porque no tienen siquiera un mendrugo para sostén de su<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 247

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!