13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

–¡Vamos, en marcha! –dije–. ¡Y no murmures!<br />

Caminábamos con paso vivo en la noche invernal; <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o aparecía límpido; las estr<strong>el</strong>las brillaban,<br />

grandes, bajas, como bolas de fuego colgadas en <strong>el</strong> aire. La noche bramaba, mien¬tras<br />

avanzábamos a lo largo de la ribera, semejante a una enorme bestia negra tendida a orillas d<strong>el</strong><br />

mar.<br />

«Desde esta noche», decía para mis adentros, «la luz acorralada por <strong>el</strong> invierno comienza a<br />

recobrar sus energías. Como si la luz naciera esta noche, juntamente con <strong>el</strong> Niño.»<br />

Todos los campesinos se hallaban agrupados en la colmena tibia y perfumada de la iglesia.<br />

Ad<strong>el</strong>ante, los hombres; detrás, con las manos cruzadas, las mujeres. El pope Stéfano, alto,<br />

exacerbado por <strong>el</strong> ayuno de cuarenta días, revestido de la densa casulla de oro, corría de aquí para<br />

allá, a largas zancadas, agitando <strong>el</strong> incensario, cantando a voz en grito, con la prisa de que naciera<br />

<strong>el</strong> Niño para volver a su casa y arro¬jarse sobre la sopa gorda, los salchichones y las carnes<br />

ahumadas...<br />

Si se hubiera dicho: «Hoy nace la luz», no se hubiera conmovido <strong>el</strong> corazón d<strong>el</strong> hombre; la idea no<br />

se hubiera hecho leyenda y no hubiera conquistado <strong>el</strong> mundo. Sólo habría expresado un<br />

fenómeno físico normal, sin trastornar¬nos la imaginación, es decir, <strong>el</strong> alma. Pero la luz que renace<br />

en <strong>el</strong> corazón d<strong>el</strong> invierno se convierte en niño, <strong>el</strong> niño en Dios, y hace veinte siglos que nuestra<br />

alma lo guarda en su seno y lo amamanta...<br />

Poco después de medianoche, quedó consumada la ceremo¬nia mística. El Salvador había nacido.<br />

Los labradores se di¬rigían apresuradamente a sus casas hambrientos, f<strong>el</strong>ices, para refocilarse en<br />

la tradicional francach<strong>el</strong>a y sentir hasta en lo más hondo de sus vientres <strong>el</strong> misterio de la<br />

encarnación. El vientre es base sólida: pan, vino, carne, ante todo; sólo con pan, vino y carne<br />

puede crearse a Dios.<br />

Las estr<strong>el</strong>las fulguraban, grandes como áng<strong>el</strong>es, sobre la cúpula blanca de la iglesia. La Vía Láctea,<br />

tal como un río, rodaba de un extremo al otro d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. Una estr<strong>el</strong>la verde cent<strong>el</strong>leaba en lo alto<br />

cual esmeralda. Yo suspiré, presa de honda turbación.<br />

<strong>Zorba</strong> se dirigió a mí.<br />

–¿Crees tú eso de que Dios se ha hecho hombre y nació en un establo, patrón? ¿Lo crees de veras,<br />

o te mofas de la gente?<br />

–Es difícil la respuesta, <strong>Zorba</strong> –le contesté–. No puedo decir que creo, como tampoco que no creo.<br />

¿Y tú?<br />

–A fe mía, tampoco sé qué decir. Cuando siendo niño, le escuchaba a mi abu<strong>el</strong>a estas historias, no<br />

las creía en abso¬luto. Y, sin embargo, temblaba de emoción, reía y lloraba como si las creyera. En<br />

cuanto asomó <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o en mi barba, eché a un lado todo esto y si acaso lo recordaba, me<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 95

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!