13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

la cantimplora: «¡A tu salud, Capitán, y que una bala misericordiosa dé con nosotros!» Bebemos<br />

un trago, bebemos dos, sacamos d<strong>el</strong> hoyo <strong>el</strong> cordero. ¡Ah, qué corderillo, patrón! ¡Cuando lo<br />

recuerdo se me hace agua la boca! Con buen diente, dimos todos cuenta de él. «En la vida probé<br />

carne más sabrosa», dijo <strong>el</strong> Capitán. «¡Así nos ampare Dios!» Y se echó al coleto, de un trago, <strong>el</strong><br />

contenido d<strong>el</strong> vaso, él que nunca bebía. «Cantad alguna canción kléftica, muchachos», ordenó.<br />

«Aqu<strong>el</strong>los de allá aúllan como lobos; nosotros cantaremos como hombres.» Entonamos <strong>el</strong> Viejo<br />

Dimos. Comemos de prisa, bebemos otro trago y surge <strong>el</strong> canto despertando ecos en las<br />

barrancas: «He envejecido, mozos, tras cuarenta años de klefte...» Un entusiasmo extraordinario<br />

nos imp<strong>el</strong>e.<br />

»–«¡Eh, eh, Dios nos ayude, qué alegría! Dime, Alexis, ¿por qué no examinas la pi<strong>el</strong> d<strong>el</strong> cordero<br />

para saber qué nos anuncia?» Con la navaja rasco la pi<strong>el</strong>, la acerco al fuego:<br />

»–«¡No veo anuncio de tumbas, Capitán!», exclamo. «¡Nos libraremos de ésta también,<br />

muchachos!» «Dios te oiga», dijo nuestro jefe que se había casado poco antes. «¡Ojalá al¬cance a<br />

tener un hijo y sea después lo que viniere!»<br />

<strong>Zorba</strong> cortó un trozo, alrededor de los riñones.<br />

–Bueno estaba aqu<strong>el</strong> cordero –dijo–, pero éste no le va en zaga.<br />

–Llena los vasos, <strong>Zorba</strong>, y dejémoslos limpios.<br />

Después d<strong>el</strong> brindis, apuramos <strong>el</strong> vino, exquisito vino cretense, púrpura como sangre de liebre.<br />

Cuando lo bebéis es como si comulgarais con la sangre de la tierra y os sentís convertidos en<br />

ogros. Las venas os desbordan de energía, <strong>el</strong> corazón de bondad. Así fueseis un cordero, os volvéis<br />

león. Olvidáis al instante las mezquindades de la vida y toda su¬jeción estrecha se desgarra. En<br />

comunión con los hombres, con las bestias, con Dios, os sentís confundidos con la vida d<strong>el</strong><br />

universo.<br />

–Veamos también nosotros, <strong>Zorba</strong>, lo que anuncia la pi<strong>el</strong> d<strong>el</strong> cordero. ¡Anda, examínala!<br />

Con cuidado rascó <strong>el</strong> dorso, lo acercó a la luz, lo miró con atención.<br />

–Todo va bien –dijo–. Viviremos mil años, patrón. ¡Corazón de acero!<br />

Se inclinó para examinar de nuevo la pi<strong>el</strong> d<strong>el</strong> cordero.<br />

–Veo un viaje –dijo–; un gran viaje. Al cabo advierto una gran casa, con numerosas puertas. Quizás<br />

la capital de un reino, patrón. O bien <strong>el</strong> monasterio donde me pondrás de portero para <strong>el</strong><br />

contrabando que dijimos en otra ocasión.<br />

–Sírvenos bebida, <strong>Zorba</strong>, y déjate de profecías. Yo te diré qué casa es ésa de las innúmeras<br />

puertas: es la tierra con las tumbas, <strong>Zorba</strong>, fin y meta d<strong>el</strong> viaje. ¡A tu salud, bandido!<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 234

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!