13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En la India, al caer de la noche, los habitantes cantan en voz queda una tonada dolorosa y<br />

monótona, un canto salvaje y lento, como <strong>el</strong> lejano bostezo de la fiera, la m<strong>el</strong>odía d<strong>el</strong> tigre. El<br />

corazón d<strong>el</strong> hombre desborda temblorosa expecta¬tiva.<br />

Mientras recordaba la terrible m<strong>el</strong>odía, <strong>el</strong> vacío de mi pecho fue llenándose poco a poco. Los oídos<br />

despertaban, <strong>el</strong> silencio se convertía en clamor. Hubiérase dicho que <strong>el</strong> alma, amasada con aqu<strong>el</strong>la<br />

misma m<strong>el</strong>odía, se salía d<strong>el</strong> cuerpo para escuchar.<br />

Inclinándome, llené la palma de agua de mar y me mojé la frente y las sienes. Me sentí refrescado.<br />

En lo hondo de mi ser retumbaban gritos amenazadores, confusos, impacientes; <strong>el</strong> tigre estaba en<br />

mí y rugía.<br />

Y, de pronto, oí clara la voz:<br />

–¡Buda! ¡Buda! –exclamé levantándome de un salto.<br />

Eché a andar rápidamente, por la orilla d<strong>el</strong> agua, como fugitivo. Hace un tiempo, cada vez que me<br />

hallo solo por la noche, rodeado de silencio, oigo su voz, triste al principio, suplicante como <strong>el</strong>egía<br />

funeral, y que poco a poco se irrita, rezonga, ordena. Y se mueve en <strong>el</strong> seno cual niño a punto de<br />

nacer.<br />

Sería la medianoche. Nubarrones negros amontonábanse en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, gruesas gotas me daban en<br />

las manos. Yo no me cuidaba de <strong>el</strong>lo. Movíame en atmósfera de fuego, sintiendo a derecha e<br />

izquierda, en las sienes, dos ardientes tenazas.<br />

«Ha llegado <strong>el</strong> momento», me dije estremecido; «la rueda búdica me arrastra; ha llegado <strong>el</strong><br />

momento de descargar <strong>el</strong> maravilloso peso.»<br />

Regresé pronto a la barraca y encendí la lámpara. Cuando le dio la luz, <strong>Zorba</strong> parpadeó, abrió los<br />

ojos, me miró mien¬tras me inclinaba sobre <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> blanco y comenzaba a escri¬bir. Rezongó<br />

algunas palabras que no entendí, y volviéndose bruscamente cara a la pared hundióse<br />

nuevamente en <strong>el</strong> sueño.<br />

Yo escribía v<strong>el</strong>ozmente, con toda prisa. «Buda» en su tota¬lidad se hallaba listo en mi espíritu; yo<br />

lo veía extenderse fuera de mí como una cinta azul llena de signos. Se extendía con rapidez y yo<br />

me apuraba por alcanzarlo. Escribía, todo me resultaba fácil, todo era muy sencillo. En realidad, no<br />

escribía, sino copiaba en limpio. Un mundo entero se brindaba a mi vista, mundo hecho de<br />

compasión, de renuncia¬miento, de aire; los palacios de Buda, las mujeres d<strong>el</strong> harem, la carroza<br />

de oro, los tres fatales encuentros: <strong>el</strong> d<strong>el</strong> anciano, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> enfermo, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> muerto; la fuga, la vida<br />

contemplativa, la liberación, la salvación. Cubríase la tierra de flores ama¬rillas, los mendigos y los<br />

reyes vestían ropajes amarillos; las piedras, la madera, las carnes adquirían levedad aérea. Las<br />

almas se convertían en un soplo, se volvían espíritu alado, <strong>el</strong> espíritu se fundía en la nada. Se me<br />

fatigaron los dedos; pero no quería, no podía dejar de escribir. La visión pasaba v<strong>el</strong>oz, huía; era<br />

menester que me esforzara para ir a la par de <strong>el</strong>la.<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 53

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!