13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Todas las cabezas se volvieron, con gesto de estupor. Manolakas alzó la suya: <strong>Zorba</strong> estaba frente<br />

a él, agitando los brazos, frenético.<br />

–¡Amigos! –gritó–. ¿No os avergonzáis? ¡Valiente faena, por cierto! ¡Toda una aldea para matar a<br />

una mujer! ¡Cuidaos, que seréis la deshonra de Creta entera!<br />

–¡Ocúpate de lo tuyo, <strong>Zorba</strong>! ¡No te metas en nuestros asuntos! –rugió Mavrandoni.<br />

Y dirigiéndose a su sobrino:<br />

–¡Manolakas, en nombre de Cristo y de la Virgen, hiere!<br />

Manolakas saltó, tomó a la mujer, la echó al su<strong>el</strong>o, apoyó una rodilla en <strong>el</strong> vientre de <strong>el</strong>la y levantó<br />

<strong>el</strong> cuchillo. Pero cual un r<strong>el</strong>ámpago, <strong>Zorba</strong> se prendió d<strong>el</strong> brazo de Manolakas y con la mano<br />

envu<strong>el</strong>ta en <strong>el</strong> pañu<strong>el</strong>o pujaba por arrancarle <strong>el</strong> arma.<br />

La viuda se puso de rodillas, buscando ansiosa en torno un sitio por donde huir; mas los<br />

campesinos tenían obstruida la puerta de la iglesia y circundaban todo <strong>el</strong> atrio; al advertir la<br />

intención de la mujer, avanzaron un paso y cerraron <strong>el</strong> cerco.<br />

En tanto, <strong>Zorba</strong> luchaba sin hablar, ágil, resu<strong>el</strong>to, con entera serenidad. De pie, junto a la puerta,<br />

yo seguía an¬gustiado las peripecias de la lid. El semblante se le había azulado a Manolakas a<br />

causa de la ira que lo dominaba. Sifa¬kas y otro coloso se acercaron con intención de prestarle<br />

ayuda. Pero Manolakas, fuera de sí, gritó:<br />

–¡Atrás! ¡Atrás! ¡Nadie se acerque!<br />

Y se arrojó sañudo contra <strong>Zorba</strong>, dándole un cabezazo en <strong>el</strong> pecho como un toro furioso.<br />

<strong>Zorba</strong> se mordió los labios sin decir nada. Sujetaba como en un torno <strong>el</strong> brazo derecho d<strong>el</strong><br />

guardabosque y esquivaba a derecha e izquierda los topetones d<strong>el</strong> mocetón. Enloque¬cido de<br />

furor, éste prendióse con los dientes de una oreja y dio un tirón con todas sus fuerzas. Corría la<br />

sangre.<br />

–¡<strong>Zorba</strong>! –grité espantado, mientras acudía en su so¬corro.<br />

–¡Vete, patrón! –me dijo–. ¡No te metas en nada!<br />

Cerró <strong>el</strong> puño y descargó tremendo golpe en <strong>el</strong> vientre de su adversario. Al instante, aqu<strong>el</strong>la bestia<br />

feroz soltó presa; aflojaron los dientes dejando libre la oreja medio cortada ya y <strong>el</strong> rostro azulado<br />

se le puso mortalmente pálido. De un emp<strong>el</strong>lón, <strong>Zorba</strong> lo derribó, le arrancó de las manos <strong>el</strong><br />

cuchillo y lo lanzó por sobre <strong>el</strong> cercado de la iglesia. Con <strong>el</strong> pañu<strong>el</strong>o se enjugó la sangre que<br />

manaba de la oreja, <strong>el</strong> rostro bañado en sudor, la ensangrentada cara. Irguiéndose echó una<br />

mirada en torno; los ojos se le veían inyectados.<br />

–¡Levántate, ven conmigo! –le dijo a la viuda.<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 200

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!