13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

–¡A tu salud, patrón! Dicen que la suerte es ciega. No sabe por dónde va, choca con los<br />

transeúntes, y a los que reciben <strong>el</strong> choque los llama afortunados. ¡Al diablo, con semejante<br />

fortuna! Nosotros no queremos saber de <strong>el</strong>la ¿verdad patrón?<br />

–No lo queremos, <strong>Zorba</strong>. ¡A tu salud!<br />

Bebimos; terminamos <strong>el</strong> cordero; <strong>el</strong> mundo se ponía más leve; reía <strong>el</strong> mar; la tierra danzaba como<br />

<strong>el</strong> puente de un navío; dos gaviotas caminaban por <strong>el</strong> guijarral, charlando como personas.<br />

Me levanté.<br />

–Ven, <strong>Zorba</strong>, enséñame a bailar.<br />

<strong>Zorba</strong> dio un salto; le cent<strong>el</strong>leaba <strong>el</strong> rostro.<br />

–¿Bailar, patrón? ¿Bailar? ¡Anda! ¡Ven!<br />

–¡Vamos, <strong>Zorba</strong>, mi vida ha cambiado, ánimo!<br />

–Te enseñaré, para empezar, <strong>el</strong> zeimbekiko. Una danza salvaje, marcial. La bailábamos nosotros,<br />

los comitadjis, an¬tes d<strong>el</strong> combate.<br />

Se quitó los zapatos, las medias de color de berenjena, quedando sólo en camisa. Pero como aún<br />

le daba calor, no tardó en quitárs<strong>el</strong>a también.<br />

–Mírame <strong>el</strong> pie, patrón. ¡Fíjate!<br />

Tendió <strong>el</strong> pie, tocó apenas con él <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o; tendió luego <strong>el</strong> otro; ambos se confundieron<br />

violentamente, alegremen¬te; <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o retumbó como un tambor. Me tomó d<strong>el</strong> hombro:<br />

–Ven conmigo, joven: los dos a la vez.<br />

Nos lanzamos a bailar ambos juntos. <strong>Zorba</strong> corregía mis pasos, serio, paciente, con cariño. Yo<br />

cobraba ánimos y sen¬tía libre <strong>el</strong> corazón como una avecilla.<br />

–¡Bravo! ¡No tienes par! –exclamó <strong>Zorba</strong> en tanto daba palmadas para llevar <strong>el</strong> compás–. ¡Muy<br />

bien, jovencito! ¡Llévese ahora <strong>el</strong> diablo pap<strong>el</strong>uchos y escribanías! ¡Al diablo con los bienes y sus<br />

intereses! ¡Al diablo con las minas, los obreros y los monasterios! ¡Eh, muchacho mío, ahora tú<br />

bailas también y aprendes a conversar en mi lengua! ¿Qué no hemos de decirnos en lo sucesivo?<br />

Apisonó los guijarros de la playa con los pies descalzos, dio palmadas infatigables.<br />

–Patrón, muchas cosas tengo que decirte: a nadie quise como a ti, pero mi lengua no halla la<br />

expresión justa. ¡Te las danzaré, entonces! ¡Apártate que no te pise! ¡Ad<strong>el</strong>ante! ¡Bop! ¡Bop!<br />

Dio un salto y fue como si le saliesen alas en los pies y en las manos. Al brincar, muy erguido,<br />

separado d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, sobre <strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y mar, asemejábase a un arcáng<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de. Pues la<br />

danza de <strong>Zorba</strong> era todo desafío, obstinación y reb<strong>el</strong>día. Creyérase que exclamaba al bailar: «¿Qué<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 235

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!