13.05.2013 Views

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

Zorba el griego. Nik.. - Mxgo.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El padre hospedador tomó asiento, yo me ubiqué a su derecha, <strong>Zorba</strong> a su izquierda.<br />

–Estamos en Cuaresma –dijo–, tendréis que perdonar lo modesto de nuestra mesa: no podemos<br />

brindaros aceite ni vino, aun siendo como sois forasteros. ¡Sed bienvenidos!<br />

Nos persignamos; nos servimos silenciosamente algunas aceitunas, cebolletas, habas verdes,<br />

halva. Masticábamos los tres lentamente, como conejos.<br />

–Así es la vida en este mundo –dijo <strong>el</strong> padre hospeda¬dor–, una crucifixión, una Cuaresma. Pero<br />

habed paciencia, hermanos, paciencia, que la Resurrección está próxima, en compañía d<strong>el</strong><br />

Cordero, y <strong>el</strong> reino de los Ci<strong>el</strong>os nos será abierto.<br />

Tosí; <strong>Zorba</strong> me tocó un pie con <strong>el</strong> suyo, como indicán¬dome: ¡Calla!<br />

–Estuve con <strong>el</strong> padre Zaharia... –dijo <strong>Zorba</strong>, con propósito de cambiar de tema.<br />

El padre hospedador se sobresaltó:<br />

–¿Acaso te ha dicho algo ese poseso? –preguntó in¬quieto–. Lleva en sí a los siete demonios, ¡no<br />

le prestéis oídos! Como tiene impura <strong>el</strong> alma, sólo ve impurezas en todas partes.<br />

Lúgubre, la campana llamó a vísperas. El padre hospe¬dador se levantó persignándose.<br />

–Yo debo retirarme –dijo–. La Pasión comienza, he de llevar la cruz en compañía d<strong>el</strong> Salvador. Esta<br />

noche, podéis reposaros de las fatigas d<strong>el</strong> camino. Pero mañana a maitines...<br />

–¡Cochinos! –gruñó <strong>Zorba</strong> entre dientes apenas salió <strong>el</strong> monje–. ¡Falsos! ¡Mulos! ¡Mulos!<br />

–¿Qué te ocurre, <strong>Zorba</strong>? ¿Te dijo algo Zaharia?<br />

–¡Deja, patrón! ¡Al diablo con todo y con todos! No te preocupes, que si no quieren firmar,<br />

tendrán que vérs<strong>el</strong>as conmigo.<br />

Nos fuimos a la c<strong>el</strong>da que para nosotros habían dispuesto. En una esquina había un icono con la<br />

imagen de la Virgen que apoyaba la mejilla en la de su hijo. Los ojos, grandes, aparecían bañados<br />

en lágrimas.<br />

<strong>Zorba</strong> meneó la cabezota y preguntó:<br />

–¿Sabes por qué llora, patrón?<br />

–No.<br />

–Porque ve. Si yo pintara iconos, a la Virgen la repre¬sentaría sin ojos, sin orejas, sin nariz. Porque<br />

siento compa¬sión por <strong>el</strong>la.<br />

Nos echamos en los duros catres. Las vigas d<strong>el</strong> techo exha¬laban olor a ciprés; por la ventana<br />

abierta pe<strong>net</strong>raba <strong>el</strong> suave hálito de la primavera cargado de aromas de flores. De cuando en<br />

E-Book Descargado de http://www.mxgo.<strong>net</strong> Página 164

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!