cultivar la paz - Fuhem

de riego, drenaje de humedales, electrificación rural— y canalizópréstamos de organismos multilatérales (Banco Interamericano deDesarrollo, Banco Mundial) que fueron vitales para la expansión de loscultivos en las zonas más bajas de la cuenca. Desde los años 80, seconcede a los cultivadores devoluciones de impuestos directes que, enciertos años, han representado un aumento significativo de susingresos.En 1995, la población total de la cuenca de la Laguna Merín era de 185000 habitantes. La población rural está muy dispersa, con una densidadde sólo 1, 09 habitantes/km2. La mayoría de los habitantes ruralesdependen de la actividad ganadera. Alrededor del 80% de la poblaciónvive en centros urbanos, de los cuales tres tienen más de 25 000habitantes, 13 tienen de 1 000 a 10 000 habitantes y 17, menos de 1000 habitantes. La industria arrocera es una actividad importante paraestas poblaciones más pequeñas, cuyos habitantes proporcionandiversos servicios comerciales y urbanos —vivienda, energía eléctrica,agua, saneamiento, comunicaciones, etc.—y ocupan los empleosgenerados por los gobiernos locales. En la costa atlántica, el turismo escada vez más la principal actividad generadora de ingresos.El conflicto por la protección del patrimonio naturalEl conflicto analizado en este Capítulo fue desencadenado por lainterposición ante la justicia de un recurso de amparo presentado por unconjunto de organizaciones no gubernamentales (ONG) con el propósitode frenar un proyecto estatal de encauzamiento de un río para impedirlos desbordes periódicos que afectaban los arrozales vecinos. Elproyecto amenazaba un área importante en términos de subiodiversidad y el turismo. También surgieron tensiones por el acceso alagua, el factor más significativo que influye en la expansión del cultivodel arroz. El agua para riego proviene de fuentes naturales, como laLaguna Merín, y de represas construidas por el sector público o elprivado. Diversos intereses —de los ganaderos, que generalmente sonpropietarios de las fuentes naturales de agua, los cultivadores de arroz ylas empresas industriales arroceras— han pugnado por controlar esasfuentes, que constituyen el factor que determina la extensión de lasuperficie que se puede cultivar. Por último, también crearon tensionesla distributión de los costos y bénéficios del arrendamiento de la tierra,los derechos de agua para riego y los servicios que apoyan a laproductión (el transporte, el secado, el procesamiento y lacomercialización). Por ejemplo, en el momento de la cosecha el preciodel arroz pagado al agricultor se establece mediante un proceso denégociación entre los grupos involucrados en las diversas etapas de la