10.07.2015 Views

FVJ5Y

FVJ5Y

FVJ5Y

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

la primera utilización del término: el impresionante ensayoque Gayle Rubin escribió cuando era estudiante de graduaciónen la Universidad de Michigan (1975), «The traffic inwomen: notes on the political economy of sex» [El tráficoen las mujeres: notas para la economia política del sexo]. Yopodría rastrear el destino del «sistema del sexo/género» enla explosión de la escritura feminista marxista y socialistadebida a Rubin, 10 cual me consolaba. Primeramente, loseditores querían que cada «palabra clave» fuese situada enrelación con el corpus de Marx y Engels, hubiesen o no usadoéstos la palabra. Supongo que Marx habría sonreido alver avanzar el cursor en la pantalla del ordenador. En segundolugar, aquellas que adoptaron la fórmula de Rubin 10 hicierondebido a muchas causas, incluidos los intereses políticosy académicos. Las feministas socialistas blancas de losEstados Unidos habían escrito la mayoría de las publicacionesnecesarias para rastrear el «sistema de sexo/género» ensu sentido menos amplio. Este hecho era un problema complejoen sí mismo, no una solución. La mayoría de la teoríafeminista más provocativa de los últimos veinte años ha insistidoen los lazos que unen el sexo y la raza de una maneraque problematizaba los dolores de parto del sistema desexo/género dentro de un discurso centrado, sobre todo, enel entrelazamiento del género con la clase. Salvo por las2 Aquí salta a la vista un curioso problema lingüístico: no existe«marca» que distinga la raza biológica de la cultural, como la que puedehaber para distinguír sexo biológico y género cultural, incluso si lospares binarios natura1eza/cultura y biología/sociedad impregnan el discursoracial occidental. La situación lingüística destaca la reciente y desigualentrada del género en el léxico político como opuesto al gramatical.La no-naturalidad de la raza -siempre ha sido una construccióncultural totalmente arbitraria- puede ser destacada a causa de la faltade marcador lingüístico. Pero igualmente fácil, lingüístícamente, resultael colapso absoluto de la categoria raza en lo biológico. Todos estos temascontinúan dependiendo del funcionamiento aún no reexaminado dela lógica produccionista aristotélica, tan fundamental para el díscursooccidental. En la matriz lingüística, política e histórica, en la materia yen la forma, en el acto y en el poder, en la materia prima y en el productoterminado inciden los enormes dramas de la producción y de la apro-216buenas intenciones, las declaraciones de las autoras y laspuntuaciones en los prefacios, la teoría feminista raramenteha incluido juntos, analíticamente, a la raza, al sexo/géneroy a la clase. Además, las feministas tienen tantas razonespara hablar de un sistema de raza/género como de sexo/género,y requieren diferentes estrategias analíticas. Pero, ¿quépasa con la clase? La evidencia apunta hacia la necesidad deuna teoría de la «diferencia» cuyos paradigmas, geometría ylógica rompan los pares binarios, la dialéctica y los modelossobre naturaleza/cultura de la clase que sean, pues en casocontrario los tríos se reducirán siempre a dúos, que a su vezse convertirán rápidamente en uno, solitario en la vanguardia.Y nadie aprende a contar hasta cuatro. Todo esto es políticamenteimportante.También, incluso si Marx y Engels --o Gayle Rubinnose adentraron en la sexologia, en la medicina o en la biologíaen sus discusiones sobre el sexo/género de la cuestiónfemenina, yo sabia que tendría que hacerlo. Al mismo tiempo,estaba claro que las otras grandes corrientes de la modernaescritura feminista sobre el sexo, la sexualidad y elgénero se enlazaban constantemente con la más modesta interpretaciónde mi encargo. La mayoría de ellas, quizás, sobretodo, las corrientes literarias y psicoanalíticas feministasfrancesas y británicas, no aparecen en mi definición deGeschlecht que, en general, se centra en los escritos de lasfeministas estadounidenses, lo cual no es un escándalo trivial',piación. Aqui es donde los sujetos y los objetos nacen y son constantementereencarnados.3 Aunque no exclusivos el uno del otro, el lenguaje del «género» enel discurso feminista euroestadounidense es el de la «posición del sujetosexuado», mientras que en la escritura europea es el de la «diferenciasexual», Para el feminismo marxista británico, a propósito del «sujetosexuado en el patriarcado», véase Kulm and Wolpe (1978), Marxist-FeministLiterature Collective (1978), Brown and Adams (1979) y la revistam/f Barrett (1980). Las posiciones socialistas feministas alemanassobre la sexualización han destacado la dialéctica de la función autoconstructorade la mujer, de las determinaciones sociales estructuradas217

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!