26.05.2014 Views

Iris di Kolibris

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Reina María Rodríguez<br />

traduzione <strong>di</strong> Gor<strong>di</strong>ano Lupi<br />

la foto del invernadero<br />

la foto del invernadero<br />

fue la que siempre quisimos y faltó.<br />

el invernadero estaba junto al parque<br />

con sus cristales húmedos bajo el sol que entraba<br />

en la tarde, o en la mañana, a colorear sus plantas.<br />

yo me paseaba contigo de la mano –eras<br />

de estatura un poco más bajo que yo–<br />

y así alcanzaba a ver, desde esa altura,<br />

los tallos quebrados por mi madre<br />

que componía y podaba las macetas de bunganvillas.<br />

nunca entramos, éramos demasiado pequeños<br />

para inva<strong>di</strong>r la zona de confianza de esos seres extraños<br />

que permanecían dentro. estábamos afuera.<br />

saltando con nuestra energía sin razón<br />

excluidos de la paciencia de las manos de mi madre<br />

pero es allí donde quisiera vivir...<br />

en el lugar inexacto de una foto que falta<br />

para que no imites otra vez, o intente imitar el ser que soy.<br />

el paisaje prohibido donde pondríamos el amor<br />

con exclusividad.<br />

el paisaje del deseo, que no se suponía o se reproducía a<br />

cada instante<br />

y que permaneció oculto para nosotros<br />

–la algarabía de ser niños no nos dejaba ver<br />

“todos andábamos a la caza de una flora insectívora”.<br />

éramos suspicaces. ahora, acomodo en mi mente<br />

la mente del invernadero. su llama tibia<br />

fue la que siempre quisimos y faltó.<br />

el invernadero estaba junto al parque<br />

con sus cristales húmedos bajo el sol que entraba<br />

en la tarde, o en la mañana, a colorear sus plantas.<br />

yo me paseaba contigo de la mano –eras<br />

de estatura un poco más bajo que yo–<br />

y así alcanzaba a ver, desde esa altura,<br />

los tallos quebrados por mi madre<br />

que componía y podaba las macetas de bunganvillas.<br />

nunca entramos, éramos demasiado pequeños<br />

para inva<strong>di</strong>r la zona de confianza de esos seres extraños<br />

que permanecían dentro. estábamos afuera.<br />

saltando con nuestra energía sin razón<br />

excluidos de la paciencia de las manos de mi madre<br />

pero es allí donde quisiera vivir...<br />

en el lugar inexacto de una foto que falta<br />

para que no imites otra vez, o intente imitar el ser que soy.<br />

el paisaje prohibido donde pondríamos el amor<br />

con exclusividad.<br />

el paisaje del deseo, que no se suponía o se reproducía a<br />

cada instante<br />

y que permaneció oculto para nosotros<br />

–la algarabía de ser niños no nos dejaba ver<br />

“todos andábamos a la caza de una flora insectívora”.<br />

éramos suspicaces. ahora, acomodo en mi mente<br />

la mente del invernadero. su llama tibia<br />

352 353

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!