Escritos diversos - Banco de Reservas
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<strong>Escritos</strong> <strong>diversos</strong> Emiliano Tejera<br />
¿y cómo se va a tratar a pueblo semejante? o abandonándonos a nuestra suerte, para que la guerra<br />
civil nos acabe, o tratándonos como se trata a los africanos <strong>de</strong>l interior <strong>de</strong>l continente negro.<br />
y cuando los verda<strong>de</strong>ros patriotas, los que aman <strong>de</strong> corazón al pueblo, no quieran soportar las<br />
humillaciones que se nos impongan, y siembren con sus cadáveres los montes y llanuras, muchos <strong>de</strong> los<br />
que hoy vociferan en nombre <strong>de</strong>l patriotismo irían a tierras extrañas a contemplar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos nuestra<br />
ruina. muy pocos serían los que pagarían con su sangre su tremendo error.<br />
Pero no, cuando se piensa en las ventajas que reportaría al país la aceptación <strong>de</strong> la convención y<br />
<strong>de</strong>l Empréstito y en las <strong>de</strong>sgracias que traería su rechazo, se robustece en nosotros la convicción <strong>de</strong> que<br />
la gran mayoría <strong>de</strong> nuestros diputados <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rán los intereses <strong>de</strong> la República. Es imposible que sin<br />
una grave razón en contra y solo por servir intereses personales <strong>de</strong>l momento, asuman a sabiendas una<br />
responsabilidad tan abrumadora como sería la <strong>de</strong> lanzar <strong>de</strong> nuevo al país en la sangrienta y peligrosa<br />
vía que trillaba hasta hace tres años.<br />
Nuestros representantes no tienen la excusa <strong>de</strong> la ignorancia, ni podrían alegar que se habían equivocado<br />
honradamente. En el asunto que nos ocupa no cabe error. El país está obligado a pagar lo que <strong>de</strong>be, ¿pue<strong>de</strong> pagarlo<br />
por sí solo, sin la ayuda <strong>de</strong> los Estados Unidos? Lo acontecido en los años transcurridos <strong>de</strong>l 26 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1899 al<br />
6 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1905, nos está diciendo que ese es un sueño irrealizable y que es necesario que agentes <strong>de</strong>l gobierno<br />
americano sigan recaudando las entradas aduaneras.<br />
Ahora bien, admitiendo que no se hiciera empréstito alguno y que los Estados unidos siguieran<br />
recaudando las entradas <strong>de</strong> aduanas y pagaran los intereses y amortización <strong>de</strong> nuestras <strong>de</strong>udas tal como<br />
está convenido en contratos vigentes, ¿le quedaría al país con qué aten<strong>de</strong>r a su presupuesto y con qué<br />
empren<strong>de</strong>r las reformas y obras <strong>de</strong> progreso que está reclamando imperiosamente la República?<br />
los números nos dicen que no, que, como dijimos más arriba, tendríamos que pagar anualmente<br />
$2,000,000 para intereses y amortización; es <strong>de</strong>cir que tendría que <strong>de</strong>jarse para un porvenir muy<br />
lejano la construcción <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> necesidad pública que reclama el país, a menos que para ello se<br />
aumentaran los impuestos que pesan sobre el pueblo.<br />
De todo esto se <strong>de</strong>duce que si nosotros queremos conservar nuestra in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, vivir y progresar,<br />
tenemos que continuar con la recaudación americana, y tratar <strong>de</strong> reducir nuestra <strong>de</strong>uda, unificándola;<br />
es <strong>de</strong>cir, tenemos que aprobar la convención y el Empréstito. Hasta ahora mucho se ha hablado en<br />
su contra, pero no se ha presentado una sola razón <strong>de</strong> peso en apoyo <strong>de</strong> esa oposición y no es posible<br />
que nuestros diputados, <strong>de</strong>positarios <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong>l país, <strong>de</strong>cidan rechazar esos convenios porque<br />
sí, sin tener un serio motivo que justifique tan inconsulta y funesta resolución.<br />
IV<br />
De pronto no hemos hablado <strong>de</strong> los perjuicios que recibiría el horacismo con el rechazo <strong>de</strong> la<br />
convención; porque ante las <strong>de</strong>sgracias <strong>de</strong> la patria, esa <strong>de</strong>sgracia no tendría tanta importancia, pero<br />
<strong>de</strong>struiría por completo en un plazo no muy largo. Descorazonados el presi<strong>de</strong>nte cáceres y su ministerio<br />
con el fracaso <strong>de</strong> la gran<strong>de</strong> obra que han llevado a cabo para salvar la nación; careciendo <strong>de</strong> la<br />
confianza <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r legislativo, es casi seguro que abandonarían los puestos en don<strong>de</strong> ya nada bueno<br />
podrían hacer. Estamos convencidos <strong>de</strong> que por su parte el general Vásquez no aceptaría el Po<strong>de</strong>r en<br />
semejantes condiciones y quizás se alejaría <strong>de</strong>l país para siempre.<br />
¿y entonces, qué sobrevendría? la anarquía con todos sus horrores; la guerra civil sin tregua ni<br />
cuartel. y si el extranjero no nos impusiere a la fuerza la paz, lo que es muy probable, <strong>de</strong>saparecería<br />
pronto el partido, reducido a fragmentos impotentes y habiendo labrado la <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> la patria y su<br />
propia <strong>de</strong>sgracia.<br />
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