Escritos diversos - Banco de Reservas

Escritos diversos Emiliano Tejera
de que disfrutan. Por todos estos motivos es preciso, para tener conocimiento de lo que sucede en
la guerra de este país, observar los hechos, juzgar por los resultados. Quienquiera que conozca la
población de Santo Domingo y sus recursos, se ha de ver precisado a confesar que la insurrección
actual o está sostenida por los ejércitos extranjeros o es la obra de la mayoría de los dominicanos.
la primera suposición la han desmentido los hechos; la segunda es negada por los anexionistas,
aunque los sucesos la han comprobado y siguen comprobando. no de otra suerte se explicaría cómo
es que la insurrección no ha podido ser sofocada aún, cómo es que ha resistido al empuje de más
de 16,000 bayonetas. las tropas de la reina ocupan los pueblos costaneros, siempre marchan sobre
ellos en gran número; pero no por eso pacifican el lugar. las guerrillas les rodean y el ejército más
poderoso se ve cortado en sus comunicaciones; porque aquellas son compuestas por los mismos
habitantes del lugar, y de consiguiente, son eminentemente conocedores del terreno. Puede decirse
que el ejército español solo tiene por suyo el territorio que pisa. Si las tropas salen para dicho punto
y no dejan fuerzas respetables en el que van a dejar, las guerrillas vuelven a tomarlo, y es preciso un
nuevo ejército para volver a conquistarle. Esta es la razón de la lentitud con que marcha la guerra.
los anexionistas y demás interesados en desfigurar los hechos, no quieren confesarlo así porque no
quieren convenir en que la guerra es general y popular. En días pasados, cuando el general Ribero
fue sustituido en el mando de esta provincia, aprovecharon la ocasión para decir que la guerra iba
a paso de tortuga por la apatía de aquel jefe. llegó el general Vargas que pasa por muy activo y que
realmente lo es, y ¿qué ha adelantado la guerra en los dos meses que hace que está aquí este nuevo
capitán general, no obstante contar con más recursos que su antecesor? nada, o casi nada. Se han
conquistado los pueblos de Baní, El maniel o sea San josé de ocoa, y Azua, y se han perdido los de
San cristóbal y Hato mayor, mucho más importantes que los dos primeros.
Se han batido unos cuantos facciosos (así se llama a los dominicanos) del lado del Sudoeste y se han
levantado otros del lado de Sudeste y en el yabacao, amenazando cortar las comunicaciones entre esta
capital y el estacionario ejército del general Santana. Del pueblo de Azua al de Baní no se puede ir por
tierra, ni menos de este a la capital por tener intermedio a los insurgentes de San cristóbal. no se puede
ir a más de legua y media o dos leguas de esta capital, por el lado del Sudoeste y el noroeste sin exponerse
a ser hecho prisionero por los insurgentes. y gracias que estos casi nunca atacan sino se defienden, porque
de lo contrario a cada momento se estarían tiroteando los puestos avanzados colocados cerca de esta
capital. la guerra a menos que haya algún acontecimiento imprevisto, tiene que durar todavía algunos
meses y costarle a España muchos hombres y doblones. ¿y tendrán acaso la culpa de semejante lentitud
el capitán general de esta provincia o el ejército bajo sus órdenes? De ninguna manera. El capitán general
es activo y tiene muchos deseos de pacificar el país. El ejército es valiente y sufrido. Pero la guerra es de
la naturaleza que he dicho a usted y tiene precisamente que ser dificultosa de dominar. no me extraña
que en un día de estos los anexionistas, por defender sus intereses, salgan diciendo de este capitán general
lo que dijeron del otro; quizás hasta agreguen que el ejército no es valiente. A alguna causa han de
atribuir ellos la duración de la guerra. Si los insurgentes son pocos, si tienen contra ellos la mayoría de
los dominicanos, sin duda alguna que el ejército español que no los ha sometido todavía, tiene que valer
muy poca cosa. Si no, ¿cómo hubiera durado tanto la guerra? A tal extremo han de tener que llegar los
anexionistas, por no confesar la verdad. El tiempo dirá si tengo razón.
mas ahora advierto que me he apartado del asunto que principié a tratar en esta carta. Ruego a
usted tenga la bondad de dispensarme la digresión. no me es posible hablar de nada que se relacione
con esta guerra, sin tener que ocuparme de ella.
Emiliano Tejera.
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