Escritos diversos - Banco de Reservas
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<strong>Escritos</strong> <strong>diversos</strong> Emiliano Tejera<br />
les pregunta es: ¿Qué es Ud.? y hasta que no diga que es jimenista o velazquista para que incontinenti<br />
se les firme su pasaporte. otros que han sido colocados, ignorando los capataces lo que son, basta que<br />
enseñen la oreja para que les líen la jáquima.<br />
De ese modo es como se viene procediendo y por eso será infructuoso que se emprendan obras<br />
nacionales (?) con el fin <strong>de</strong> evitar las revoluciones. clame ese diario contra eso, lleve eso hasta don<strong>de</strong><br />
no se sepa <strong>de</strong>l Gobierno, si es que aún queda algún rincón don<strong>de</strong> se ignore, y si logra <strong>de</strong>sviar a los<br />
directores <strong>de</strong> ese camino errado, le habrá hecho un bien al país.<br />
De otro modo, ese es un medio <strong>de</strong> fomentar revoluciones. los <strong>de</strong>socupados, los hambrientos,<br />
los que encuentran las puertas <strong>de</strong>l trabajo cerradas, son los que empuñan la carabina que les da <strong>de</strong><br />
comer y que les prepara el bienestar <strong>de</strong> sus familias <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l triunfo. Enséñele eso ese diario a su<br />
Don juan y cumplirá con honra<strong>de</strong>z como partidario suyo.<br />
El Radical,<br />
17 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1915.<br />
la convención no es mala nada*<br />
En efecto, no es la convención Américo-dominicana lo más malo que tenemos encima; lo peor para<br />
nuestra parte son los gobiernos sin carácter y sin patriotismo –tan frecuentes en estos tiempos que<br />
corremos– que permiten que los yankees traspongan a cada paso –sin escrúpulos <strong>de</strong> los nuestros– los<br />
<strong>de</strong>rechos que aquel instrumento les acuerda, y nos impongan sus caprichos o sus conveniencias, prevalidos<br />
<strong>de</strong> los cañones <strong>de</strong> sus acorazados.<br />
¿Qué es en sí la convención? un tratado bilateral por el cual nosotros cedimos el 55 por ciento <strong>de</strong><br />
nuestras entradas aduaneras y la administración <strong>de</strong> las aduanas a cambio <strong>de</strong> la garantía <strong>de</strong>l Gobierno<br />
americano para que nuestros acreedores –que ya eran muchos y se disponían a repartirse nuestras<br />
aduanas– no nos pusieran el puñal al pecho y nos exigieran la bolsa o la vida.<br />
El <strong>de</strong>nominado empréstito <strong>de</strong> veinte millones <strong>de</strong> dólares no es tal empréstito, puesto que nosotros<br />
no recibimos <strong>de</strong>l Gobierno americano ni un céntimo. ojalá que hubiese sido un empréstito y que<br />
los yankees se hubieran incautado <strong>de</strong> nuestras aduanas, cobrándose el 50 por ciento <strong>de</strong> nuestras<br />
entradas para cubrir en un número <strong>de</strong> años capital e intereses; que <strong>de</strong> ese modo ni tendríamos que<br />
agra<strong>de</strong>cerles el servicio, que estaría recompensado con el tanto por ciento exigido y pagado y ellos<br />
no se creerían, como se creen, con el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> intervenir en nuestros asuntos internos cuantas veces<br />
les parece.<br />
la conversión <strong>de</strong> nuestras <strong>de</strong>udas, que es lo único que los yankees hicieron en nuestro favor, no<br />
les da otro <strong>de</strong>recho, no podía darles otro <strong>de</strong>recho que el que los códigos internacionalmente aceptados<br />
acuerdan a un garante o a un curador o en todo caso a un tutor.<br />
Empero, ellos, que aparentemente no sacan ventaja alguna <strong>de</strong> ese instrumento, necesitaban sacar<br />
alguna y no solo impusieron, como condición, un Receptor general para nuestras entradas, sino un vigilante<br />
en cada Aduana y <strong>de</strong>spués abusivamente un Director <strong>de</strong> obras públicas y un control <strong>de</strong> hacienda<br />
y una avalancha <strong>de</strong> ingenieros –la mayoría sine factum– para que se enriqueciesen a nuestra expensa.<br />
Pero todo eso, que es malo, no es como hemos dicho lo más malo. Si nuestros Gobiernos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
cáceres acá, no hubiesen ido extremado in crescendo la nota <strong>de</strong> su sinvergüencería y escaseando cada<br />
vez más la dosis <strong>de</strong>l patriotismo que <strong>de</strong>biera animarlos siempre, habríamos podido poner a raya a los<br />
*Publicado con el seudónimo Verídico. (nota <strong>de</strong>l editor).<br />
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