Escritos diversos - Banco de Reservas

Escritos diversos Emiliano Tejera
Es indecible el gozo que he experimentado al recibir esa muestra de aprecio respecto del folleto los
restos de colón en Santo Domingo, no solo por lo honroso que es para mí semejante demostración
de parte de ese ilustre cuerpo, sino también porque ella me manifiesta que los esfuerzos que hice para
poner en claro la verdad de las cosas no han sido enteramente infructuosos, pues que esa ilustrada
corporación, que en todo lo relativo al hallazgo no ha encontrado mi trabajo en desacuerdo con los
hechos y a este mérito sin duda alguna es la que concede la honrosa demostración de aprecio de que
ud., Sr. Presidente, ha sido el digno y autorizado intérprete.
ojalá que la suposición de ese ilustre cuerpo se realizara, y que el trabajo que he publicado, unido
con los que antes y después del mío han visto la luz pública, sobre todo los que ha dado a la prensa el
ilustrado obispo de orope, monseñor Roque cocchía, contribuyan en algo al esclarecimiento de la
verdad. yo así lo espero al menos. la discusión del asunto está en manos de una sabia y recta corporación,
ante la cual no pueden tener ningún valor frívolas consideraciones de localidad, y bien pronto
ella o el mundo ilustrado deberán declarar, tributando culto a la justicia y a la verdad, que los restos
del Descubridor del nuevo mundo reposan en la ciudad de Santo Domingo, en la antigua Española,
en la tierra amada de colón. la postrimera voluntad, el último deseo del grande Almirante, comprobado
hoy por documentos oficiales, habrá sido cumplida a despecho de todos por permisión de una
Providencia justiciera, y la Española habrá guardado y guardará por siempre el precioso legado que de
sus restos mortales le hizo el Descubridor del nuevo mundo, cuando en el angustioso final de su vida
tornó por última vez sus ojos hacia esa isla de su predilección en la que tanto había gozado y sufrido,
a la que tanto bien había querido hacer y a la cual como testimonio imperecedero de su entrañable
afecto, déjala lo único de que él entonces, pobre y desvalido, podía disponer; sus propios restos, quizás
no apreciados en ese tiempo en lo que verdaderamente valían, pero destinados a ser más tarde un
timbre de gloria y un objeto de veneración para el pueblo dichoso que los poseyera.
Permita el cielo que cuanto antes se desvanezcan las dudas que aún puedan existir respecto a la
autenticidad de los restos del Primer Almirante encontrados el 10 de septiembre en la catedral de
Santo Domingo. Entonces esa ilustre corporación podrá dar principio a sus trabajos para la erección
del primer monumento que se levante en esta capital en memoria del Descubridor de la América, y
entonces, aunque bien tardíamente por cierto, principiaremos a demostrar que estimamos en lo que
se merece el precioso legado que hizo a esta tierra de su afecto el Descubridor del nuevo mundo.
con sentimientos de distinguida consideración me suscribo de ud. atento servidor y amigo,
E. Tejera.
cARTA DE FERnAnDo A. DE mERiño A EmiliAno TEjERA
Puerto Plata
19 de junio de 1880
Señor Emiliano Tejera.
mi caro Emilio:
El cibao responde satisfactoriamente a mi candidatura para la Presidencia. yo aceptaría de mejor
voluntad el sacrificio si tú quisieras asociar tu nombre al de mi Gobierno. ¿Por qué no habías de aceptar
la cartera de Relaciones Exteriores tan digna de tu patriotismo, reputación bien merecida y luces?
¿Quién mejor que tú podría manejar hoy los graves asuntos del Estado que se hallan sobre el tapete?
Además, es un ministerio honroso y que desliga al que lo desempeña de los otros actos gubernativos
que tienen el compromiso de la política exterior. me parece que sin ti estaría yo incompleto en el poder,
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