Escritos diversos - Banco de Reservas

Escritos diversos Emiliano Tejera
De tu importantísima misión procuro con avidez noticias, y solo recojo vagas referencias. Sé que
te portas como bueno y leal que eres, amante de la verdad y de la justicia sin reticencias, ni peligrosos
equívocos. El Señor te dé todas las inspiraciones de su espíritu de sabiduría para que vuelvas aquí sano
y triunfante en toda la línea.
Al padre Apolinar mis cordiales recuerdos, y a ti y a él les envía un afectuoso abrazo.
Tu amigo de corazón,
manuel de j. Galván.
cARTA DE EmiliAno TEjERA A joSé DoloRES PicHARDo
SoBRE loS RESToS DE AlonSo DE ojEDA
319
Antoncí
5 de junio de 1899
Sr. D. josé Dolores Pichardo
Santo Domingo.
leí la comunicación que ud. me remite, en copia, del ministro de R. E. de Venezuela, y al instante
me hice estas preguntas: ¿Tenemos derecho a modificar y anular la voluntad de los que señalaron un
lugar para su tumba? ¿la tendríamos aún en el caso de que esas personas no sean dominicanos, sino
españoles o de otra nacionalidad? me parece dudoso, y no me atrevería a aconsejar se hiciese semejante
cosa tratándose de colón, ojeda ni ningún otro de los que han determinado el lugar en que deseaban
se redujesen a polvo sus despojos mortales.
ojeda, según los historiadores, dispuso, por humildad, que su cuerpo fuese sepultado en la entrada
principal del monasterio de San Francisco, a fin de que todos los que entrasen en ese templo
pisasen sobre su sepultura. Así se hizo y allí estuvo por siglos, tocándole después la misma suerte que
a la mayoría de los hombres ilustres que descansan en Santo Domingo: fue olvidado; su lápida quedó
bajo el enlosado del templo y más tarde la caída de los techos de este cubrió la tumba con una capa
de escombros de más de una vara de espesor.
cuando cronau estuvo en Santo Domingo, en las vísperas del cuarto centenario del Descubrimiento
de América, hizo hacer un hoyo en la entrada de San Francisco, con el fin de ver si descubría
la tumba de ojeda, pero ocurrió no recuerdo qué incidente, tuvo a poco que embarcarse y nada se
descubrió. Esto me lo dijo el mismo cronau excitándome a que continuara sus investigaciones, y tenía
gran entusiasmo por ello, lo que no me entrañaba porque he observado que americanos y alemanes,
tal vez por contraste, están enamorados de la figura de ojeda, tipo perfecto de audacia y de valor
temerario. yo entonces nada pude hacer, pues más tarde, unido con Federico Henríquez, hicimos
una nueva excavación próxima a la de cronau y encontramos pedazos de una loseta pequeña con el
nombre o parte del nombre (no recuerdo hoy) de Alonso de ojeda, debajo de ella unos pocos restos
del osado conquistador. Esa losa y esos restos se llevaron al convento Dominico, y se colocaron en
un nichito en la pared del templo, a la izquierda, entrando por ella, de la puerta pequeña que da a la
plaza Duarte. Esto está consignado con más claridad y más exactitud en los documentos del caso que
Federico Henríquez publicó en la revista que redactaba en ese tiempo.
Verá ud. por esto que la parte mineral de lo que fue cuerpo de Alonso de ojeda está en parte en
el suelo de la portada de San Francisco y el resto en el convento Dominico.
Si yo debiera resolver el punto de acuerdo con mis creencias sinceras del momento, diría a
Venezuela que el Gobierno dominicano no se cree autorizado para permitir la trasladación de esos