Escritos diversos - Banco de Reservas

Escritos diversos Emiliano Tejera
restos, que fueron depositados en un lugar especial, por disposición expresa de quien tenía facultad
para ello.
los restos de una persona es la propiedad más particular que puede existir, y creo que solo esa
persona o sus descendientes, si ella no lo ha hecho, pueden disponer de esos restos con verdadero
derecho. Esos no pueden llegar nunca a ser propiedad disponible del Estado y solo en caso de que el
lugar en que descansen llegue a ser inapropósito para tenerlos, es que la autoridad local puede disponer
su traslación a sitio más digno y conveniente. creo por eso que los restos de ojeda no son propiedad
de la República Dominicana en el sentido de poder disponer de ellos a su antojo, autorizando no solo
su remoción del sitio en que quiso estar el difunto, sino su traslación a un país extraño. Al contrario,
ella, como heredera del poder de España en este pedazo de tierra está obligada a respetar y hacer respetar
las disposiciones que legítimamente se tomaron en este país antes de su advenimiento a la vida
pública y que no sean contrarias a sus leyes.
Todas esas disposiciones han quedado bajo la salvaguardia del honor nacional.
Emiliano Tejera.
cARTA DE EmiliAno TEjERA A ARTuRo PEllERAno AlFAu
SoBRE El ASunTo DE loS RESToS DE AlonSo DE ojEDA
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Antoncí
8 de julio de 1899
Señor Director del Listín Diario
Santo Domingo.
muy estimado señor mío:
mi primer impulso al recibir su esquelita del 27 del pasado junio fue excusarme con ud., y no
manifestar mi opinión respecto del asunto Restos de ojeda. Dábanme motivo para ello lo tardío de la
recepción de dicha esquela; la clase de trabajos en que me ocupo en este apartado lugar, tan distinto de
las amenas ocupaciones literarias e históricas, y sobre todo la falta que cometió ud. equiparando mi opinión
a la de jurisconsultos, historiadores y literatos tan distinguidos como Don manuel de jesús Galván,
Don j. G. García, Don manuel de jesús Peña y Reinoso y los demás que figuran en la invitación que ud.
publicó en el número 2,974 de su popular listín, de fecha 27 de junio último. Siempre he manifestado
que no soy literato, ni cosa que lo parezca, y me he negado a asociar mis trabajos con los de aquellos que
merecen con justicia semejante calificativo. Si he escrito algunas veces para el público ha sido como lo
hace el ingeniero que redacta una memoria: forzado por el deber o por las circunstancias.
Pero más tarde he visto en algunos periódicos que han llegado hasta mi retiro que mi opinión era
igual a la de ud., y que la de ud. no era compartida por gran número de los escritores consultados. juzgué
entonces cobarde mi silencio, y he ahí la razón de que esta carta llegue a sus manos, tal vez a destiempo.
me pregunta ud. si la República debe o no acceder a lo que solicita Venezuela respecto de los restos
de Alonso de ojeda; es decir, a la exhumación de esos restos y su entrega a Venezuela para colocarlos
en un mausoleo en la capital del Estado de zulia. mi humilde opinión es que no debe accederse a esa
solicitud por la sencilla razón de que la República solo puede ceder lo que es suyo, y los restos de ojeda
no le pertenecen en modo alguno. nuestros Gobiernos y congresos no tienen más facultades que las
que les señalan la constitución y las leyes, y estas no les dan ni pueden darle el poder de disponer de
los despojos mortales de los asociados. A los poderes públicos no se les acuerda, ni debe acordárseles,
más facultades que las necesarias para que cada miembro del Estado se mantenga en la órbita de sus