Escritos diversos - Banco de Reservas
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<strong>Escritos</strong> <strong>diversos</strong> Emiliano Tejera<br />
ambos países casi sin interrupción; <strong>de</strong> 1856 a 1861 se mantuvieron uno en frente <strong>de</strong>l otro como<br />
extraños recelosos; pero <strong>de</strong> 1861 en a<strong>de</strong>lante, cuando la anexión española alarmó a los haitianos,<br />
estos se unieron, si no ostensible, secretamente, con los dominicanos que combatían a España, y<br />
llegó un día en que los reveses y triunfos dominicanos fueron reveses y triunfos <strong>de</strong> Haití. De 1868<br />
a 1874 la unión fue más íntima entre los dos Estados, o mejor dicho: entre el haitiano y parte <strong>de</strong>l<br />
dominicano. llegó un momento en que la sangre <strong>de</strong> haitianos y dominicanos se <strong>de</strong>rramó por la<br />
misma causa en los combates que menu<strong>de</strong>aban en las fronteras, y tanta era la unión y confianza<br />
que entre ellos reinaba, que los dominicanos no temieron <strong>de</strong>jar bajo la custodia y buena fe <strong>de</strong> sus<br />
aliados las posesiones dominicanas que arrebataban al partido que gobernaba entonces en Santo<br />
Domingo. 18 la caída <strong>de</strong> este fue quizás más celebrada en Haití que en Santo Domingo; porque en<br />
Haití las opiniones estaban casi uniformes, en tanto que en Santo Domingo, buena parte <strong>de</strong> la<br />
población miraba con ojo adusto el advenimiento al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l partido que se había levantado el 25<br />
<strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1873.<br />
Quiere esto <strong>de</strong>cir, que al celebrarse el Tratado <strong>de</strong> 1874 no estaba Santo Domingo, respecto <strong>de</strong><br />
Haití, en la triste situación <strong>de</strong> Roma respecto <strong>de</strong> Breno. no había sido vencido, ni tenía al cuello<br />
la punta <strong>de</strong> una espada, que lo obligase a suscribir las condiciones que se dignase imponerle su<br />
vencedor.<br />
Hacía trece años que Santo Domingo y Haití estaban en paz, y, para estrechar los lazos <strong>de</strong> amistad,<br />
según dice el preámbulo <strong>de</strong>l Tratado <strong>de</strong> 1874, y para <strong>de</strong>terminar el modo <strong>de</strong> arreglar ciertas cuestiones<br />
pendientes entre los dos países, era que habían convenido en las diversas estipulaciones que constituyen<br />
el consabido Tratado <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1874.<br />
Gobernaba entonces en Haití, como presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> él, el general michel Domingue, y era para<br />
Santo Domingo un Gobierno con el cual se podía tratar. Gobernaba la República Dominicana el<br />
general ignacio maría González, y era también para Haití un gobierno con el cual se podía tratar. no<br />
había facciones en armas que discutieran los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> ninguno <strong>de</strong> los dos mandatarios.<br />
Pero entre los dos gobernantes existía una diferencia notable: el uno, el <strong>de</strong> Haití, estaba constituido<br />
<strong>de</strong> un modo regular; el otro, el <strong>de</strong> Santo Domingo, lo estaba entonces <strong>de</strong> un modo irregular. Era<br />
Presi<strong>de</strong>nte, y así se titulaba; pero a ese cargo constitucional se le había agregado el <strong>de</strong> jefe Supremo <strong>de</strong><br />
la nación, con faculta<strong>de</strong>s extraordinarias. A la vez había ocurrido otro hecho importante: se habían<br />
<strong>de</strong>sconocido los efectos <strong>de</strong> la constitución <strong>de</strong> 1874, por su <strong>de</strong>masiada bondad, y se había dispuesto<br />
la formación <strong>de</strong> una constitución menos liberal, y, según se <strong>de</strong>cía, más a<strong>de</strong>cuada al carácter y a los<br />
hábitos <strong>de</strong>l pueblo dominicano. 19<br />
Erraría en gran manera el que supusiese que cuando se han <strong>de</strong>sconocido los efectos <strong>de</strong> una<br />
constitución, y se la ha anulado, no existe realmente una constitución. no la hay escrita; pero<br />
sí existe la verda<strong>de</strong>ra constitución: la que compren<strong>de</strong> los principios fundamentales aceptados<br />
por los creadores <strong>de</strong> la Patria, en virtud <strong>de</strong> los cuales se organizó la nación por primera vez, y que<br />
son <strong>de</strong>rechos adquiridos por todos los ciudadanos, y solo resolubles en virtud <strong>de</strong> acto formal y<br />
<strong>de</strong>liberado <strong>de</strong> la gran mayoría <strong>de</strong> la nación. Si así no fuera, <strong>de</strong>struir una constitución y morir el<br />
Estado sería la misma cosa. Pero no es así. con constitución escrita, o sin ella, la nación tiene la<br />
misma in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, la misma autonomía, la misma soberanía, el mismo territorio, los mismos<br />
<strong>de</strong>rechos y obligaciones que como entidad social tuvo o se impuso al constituirse en nación, o<br />
18 Véase Documento no. 34.<br />
19 Véase Documento no. 16.<br />
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