Escritos diversos - Banco de Reservas

Escritos diversos Emiliano Tejera
protesta de algunos de sus miembros, el tratado domínico-haitiano, hecho por un gobierno de facto.
lo mejor es resguardar nuestros derechos en la constitución.
Si, pues, los gobiernos de facto pueden hacer daños, y algunos irreparables, sobre todo cuando se
tratase con Estados poderosos, creo útil oponer nuestro derecho constitucional a la regla que siguen
los gobiernos europeos y aún americanos en materia de Gobiernos de facto.
Para esto hay que hacer dos cosas: declarar en la constitución qué facultades tienen los gobiernos
de hecho, y declarar también que la constitución no puede dejar jamás de estar en vigor. una cosa
sin la otra es inútil.
Puede un centenar o un millar de dominicanos nombrar igualmente a un individuo jefe Supremo
o cosa parecida, pero no podrá, si lo prohíbe el Pacto Fundamental, suspender ni echar abajo la
constitución, ni ese jefe tendrá más facultades que las administrativas. Se le habrá quitado al ciempiés
la ponzoña y los males no podrán ser muy grandes. Es lo que la experiencia nos enseña en los casos
en que en los gobiernos de hecho ha quedado vigente la constitución.
Habrá una función del Estado que se ejerce anormalmente e impide funcionar a la legislativa;
pero se evitan muchos de los perjuicios que puede causar esa anomalía.
Por eso vería con placer que en la nueva constitución figuraran artículos que dijeran en sustancia
lo siguiente:
Los Gobiernos que no fueren nombrados de conformidad con las reglas establecidas en esta Constitución no
podrán tener ni ejercer jamás facultades legislativas, y si algunos de sus actos requiriesen, según esta Constitución,
la aplicación del Poder Legislativo, esos actos no serán válidos mientras no reciban dicha aprobación.
Ningún poder ni autoridad, sea cual fuere su denominación, y aunque aparezca como representación del
pueblo, podrá declarar anulada ni fuera de vigor ninguna Constitución. Esta estará siempre vigente y solo podrá
ser modificada o reformada del modo y en la forma que indique la misma Constitución.
y aún me gustaría que un artículo dijese que ningún Poder del Estado puede dictar una disposición
que impida en absoluto a los Poderes que le sucedan, el ejercicio de una atribución que la constitución
concede a dichos poderes. Es una cosa anómala que un congreso prive a los demás congresos, como por
ejemplo en la concesión clyde, la facultad de modificar los derechos de puerto hasta el año 1917 ó 1918.
con una serie de actos iguales los congresos dejarán de ser lo que la constitución quiere que sean.
Esta carta no es para ser publicada. Está escrita a la carrera y no contiene todo lo que yo podría
decir en el particular; pero se la he escrito ya que ud. tiene la modestia de creer que mi opinión podrá
ilustrarlo. como ud. ve, no estamos de acuerdo, pero, ¿no seré yo el equivocado?
Soy de ud. atento servidor,
E. Tejera.
cARTA DE EmiliAno TEjERA A WilliAm W. RuSSEll,
FRAnK mcinTyRE y T. S. DoylE
Saint Thomas
2 de noviembre de 1912
Señor William W. Russell, ministro de los Estados unidos en Santo Domingo;
y señores Frank mcintyre y T. S. Doyle, comisionados americanos.
muy señores míos:
Por el Listín del 26 de octubre, llegado a mis manos anteayer, me he impuesto de que uds. habían
recibido del Gobierno americano autorización para que el llamado gobierno de Victoria dispusiese de
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