30.11.2014 Views

poder-politico-y-clases-sociales-en-el-estado-capitalista-nicos-poulantzas

poder-politico-y-clases-sociales-en-el-estado-capitalista-nicos-poulantzas

poder-politico-y-clases-sociales-en-el-estado-capitalista-nicos-poulantzas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

TEO R ÍA S DE LA S É L IT E S 4 2 7<br />

funciona como un mero instrum<strong>en</strong>to de dominio de la<br />

clase dominante: la teoría marxista se prohibiría por<br />

eso mismo la posibilidad de examinar la autonomía r<strong>el</strong>ativa<br />

de la burocracia respecto de ésta. De ahí que<br />

se recurra a un <strong>poder</strong> político autónomo, paral<strong>el</strong>o al dominio<br />

económico o político de “clase”, atribuido a la<br />

burocracia: éste seria, según esas teorías, <strong>el</strong> único medio<br />

de explicar <strong>el</strong> funcionami<strong>en</strong>to particular de ésta.<br />

Estas críticas de una teoría marxista deformada las expresa<br />

muy claram<strong>en</strong>te Wright Mills, al explicar por qué<br />

rechaza la d<strong>en</strong>ominación de “clase dominante” y reti<strong>en</strong>e<br />

la de “élite <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>poder</strong>” : “ ‘Clase dominante’ es una<br />

expresión con una carga muy pesada: ‘Clase’ es una<br />

expresión económica; ‘dominio’ es una expresión política.<br />

La noción ‘clase dominante’ implica así la concepción<br />

de que una clase económica domina políticam<strong>en</strong>te.<br />

Esa teoría, que conduce a un corto-circuito, puede a<br />

veces ser exacta, pero también puede no serlo; no se<br />

querría, sin embargo, implicar esa teoría más bi<strong>en</strong> simplista<br />

<strong>en</strong> los términos mismos que se utilizan para definir<br />

los problemas... Más particularm<strong>en</strong>te, la frase ‘clase<br />

dominante’, <strong>en</strong> su s<strong>en</strong>tido político habitual, no permite<br />

reconocer bastante autonomía al ord<strong>en</strong> político y a sus<br />

ur<strong>en</strong>tes, y no dice nada a propósito d<strong>el</strong> ord<strong>en</strong> militar. ..<br />

(¡onsidero que esa visión simplista de un ‘determinismo<br />

económico’ debe completarse con un ‘determinismo político’<br />

y un ‘determinismo militar’ ; que los ag<strong>en</strong>tes supriores<br />

de esos tres dominios pose<strong>en</strong> actualm<strong>en</strong>te un<br />

K'udo apreciable de autonomía. . . ” 1<br />

Antes de ver la r<strong>el</strong>ación que esas teorías establec<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong>tre <strong>el</strong> aparato de Estado <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido estricto, por una<br />

I. C. W . Mills, T h e power Elite, 1963, p. 277. T . B. Botlumnre<br />

expone muy bi<strong>en</strong> esta línea de críticas que dirig<strong>en</strong> las<br />

•norias de las élites a la teoría m arxista: Elites and Society,<br />

lOtili, los dos primeros, capítulos, y Classes in M odern Socie-<br />

1966, capítulo primero. Analicé más arriba, <strong>en</strong> <strong>el</strong> capítulo solirr<br />

rl <strong>poder</strong>, la concepción de <strong>poder</strong> que está <strong>en</strong> la base de la<br />

mayor parte de los análisis de las élites políticas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!